Más de 800 agentes de los Mossos d’Esquadra y vigilantes de seguridad privada participaron en un despliegue de 16 horas por Barcelona y municipios del área metropolitana, incluyendo Santa Coloma, Sant Adrià, Badalona, L’Hospitalet, Cornellà, Esplugues, El Prat y la red de metro, según El Periódico. La operación se centró en "locales donde se podría comprar material robado", zonas de tránsito de personas acusadas de hurtos y robos, así como espacios con presencia de quienes presuntamente "participan en tráfico de drogas".

La consellera de Interior, Núria Parlon, asistió a la reunión previa con los agentes y destacó que los dispositivos buscan “que los delincuentes no se sientan impunes”. El director general de la Policía, Josep Lluís Trapero, y el comisario jefe de los Mossos, Miquel Esquius, resaltaron la coordinación entre cuerpos policiales y seguridad privada, con el objetivo de saturar de presencia policial los espacios públicos donde, presuntamente, se concentran las personas acusadas de reincidencia en delitos menores.

El intendente Toni Rodríguez explicó que la operación combina vigilancia en transporte público y espacios abiertos con inspecciones en comercios como tiendas de móviles, joyerías, chatarrerías y locales de apuestas. Toda la información recabada impulsará investigaciones sobre grupos acusados de delitos organizados. “El delincuente debe percibir que cada vez tiene más riesgo de que lo atrapen si actúa”, afirmó Rodríguez.

El jefe de seguridad ciudadana de los Mossos en Barcelona, Rafael Tello, detalló que el operativo incluyó controles de vehículos, especialmente motos, y presencia en zonas de ocio nocturno para "prevenir hurtos y peleas". Trapero afirmó que "otros municipios solicitan replicar el dispositivo". Según los mandos policiales, las operaciones buscan "reducir la reincidencia" en delitos menores mediante saturación y control policial de espacios públicos, transporte y locales comerciales.