Una investigación publicada este diciembre por Mada Masr revela un sistema monopolístico que ha permitido a una red de empresarios egipcios y palestinos colaboradores con los sionistas generar más de mil millones de dólares en dos años mediante tarifas por la entrada de bienes a Gaza. El esquema, conocido como "coordinación de bienes", surgió en los primeros meses del genocidio en octubre de 2023 y se mantiene bajo control israelí, con empresas como Hijos del Sinaí, propiedad del magnate Ibrahim al-Argany, dominando la línea egipcia desde el cruce de Rafah.

El mecanismo comenzó con cinco compañías palestinas exclusivamente autorizadas por el Estado genocida para importar productos comerciales, en asociación con Hijos del Sinaí. Estas cobraban entre 10.000 y 25.000 dólares por camión a vendedores gazatíes, mientras la empresa de Argany añadía hasta 13.000 dólares más por transporte y almacenamiento. Tras quejas de comerciantes palestinos en una reunión durante el Ramadán de 2024, Argany prometió ampliar la lista, que pasó a 25 empresas poco después. Coincidiendo con la ocupación israelí de Rafah en mayo de 2024, el sistema evolucionó hacia el camuflaje de bienes comerciales como ayuda humanitaria, elevando las tarifas hasta 150.000 dólares por camión en algunos periodos.

Este esquema ha agravado la crisis alimentaria en Gaza, donde los precios de alimentos básicos subieron más del 1.000% en ciertos momentos, según el Programa Mundial de Alimentos. Los beneficios se reparten entre intermediarios egipcios, que controlan logística y seguridad, incluyendo Aqsa, vinculada a Argany y dirigida por Amr Hadhoud, y compañías israelíes. Durante el breve "alto el fuego"  de enero de 2025, Hijos del Sinaí ingresó cerca de 177 millones de dólares solo en "coordinación". 

En un contexto más amplio, este lucrativo control refleja cómo el bloqueo israelí, combinado con intereses privados egipcios cercanos al poder, convierte la desesperación gazatí en negocio. Mientras organizaciones humanitarias internacionales rechazan participar en este esquema por violar principios de humanidad, como en el caso de la controvertida Gaza Humanitarian Foundation, controlada por EE.UU. e Israel y criticada por asesinar palestinos en "distribuciones", que mantiene su monopolio. Fuentes independientes destacan que el Estado sionista registra todo como "ayuda" para inflar cifras.