Los presidentes militares de Burkina Faso, Mali y Níger han formalizado en Bamako la creación de una fuerza unificada (FU) bajo la Confederación Alianza de Estados del Sahel (AES), integrando sus ejércitos en una estructura con mando conjunto en Niamey y batallones específicos dedicados. El pasado 20 de diciembre, el general Assimi Goïta, presidente maliense y de la Confederación, presidió la ceremonia solemne y urgió al nuevo mando a “anticipar el modus operandi de grupos terroristas” y “continuar la securización del espacio saheliano”. Esta iniciativa responde a la salida de los tres países de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) y la disolución de la Fuerza G5 Sahel, dependiente de París.

Goïta identificó tres frentes de amenaza: “terrorismo armado, económico y mediático”, enfatizando que la AES ya contrarresta con la fuerza militar y medios propios, la Televisión AES, Radio AES y prensa escrita. “Estos dispositivos nos permitirán contrarrestar todas estas amenazas”, afirmó, destacando la coordinación para relevar operaciones previas y adaptarse a tácticas evolutivas de los grupos armados. La fuerza unificada, con énfasis en inteligencia compartida y despliegue rápido, busca autonomía estratégica frente a intervenciones externas fallidas, como la Barkhane francesa, una misión militar "antiterrorista" en el Sahel entre 2014 y 2022, con unos 5.000 soldados desplegados en Malí, Níger, Burkina Faso, Chad y Mauritania, que dejó miles de civiles muertos.

Más allá del ámbito militar, la Confederación AES avanza en su integración institucional y económica: en diciembre de 2025 se lanzó oficialmente el Banco Confederal de Inversiones y Desarrollo (BCID-AES) con un capital inicial de 500 mil millones de francos CFA para financiar proyectos en energía, agricultura y transportes, además de adoptar símbolos comunes como bandera, himno y pasaporte biométrico.