En un nuevo episodio de la escalada militarista del Gobierno "más progresista de la historia", el Ministerio de Defensa ha formalizado la adjudicación de dos megacontratos por un total de 7.240 millones de euros a la UTE entre Indra y Escribano Mechanical & Engineering (EM&E) para suministrar obuses autopropulsados de cadenas y de ruedas al Ejército de Tierra. Este importe astronómico, el más importante del actual ciclo de inversión en armamento, se extenderá hasta 2034 y consolidará a estas empresas como el núcleo del complejo militar-industrial español, con buena parte de la producción centrada en instalaciones como El Tallerón de Xixón (Asturies).

El procedimiento elegido ha sido negociado sin publicidad, justificado por Defensa alegando que esta UTE es "la única capacitada técnicamente" para el proyecto, una excusa que ha permitido acelerar plazos con autorización europea pero que evita la concurrencia competitiva. Competidores como General Dynamics European Land Systems-Santa Bárbara Sistemas, que apostaban por tecnologías propias como el obús Nemesis desarrollado en el Estado español, han quedado fuera.

Indra, con la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) como principal accionista y presidida por Ángel Escribano, se encargará del diseño, desarrollo y producción de las plataformas vehiculares. Por su parte, Escribano M&E, segundo mayor accionista de Indra y liderada por Javier Escribano, hermano de Ángel, asumirá el módulo de artillería, incluyendo cañón, movilidad y sistemas de disparo. Esta estructura familiar y cruzada de intereses genera evidentes conflictos, con los hermanos Escribano controlando ambos lados de la operación mientras reciben prefinanciación pública millonaria sin intereses, con alrededor de 3.000 millones ya adelantados.