130.000 personas se manifiestan en Valencia en protesta por la gestión de la DANA

Exigen la dimisión Carlos Mazón en una de las protestas más multitudinarias de la historia de la ciudad. La policía cargó contra los manifestantes, deteniendo a cuatro de ellos.

Protesta del 9 de noviembre en Valencia.
Foto: @laccent (X)

Este sábado, 9 de noviembre, la ciudad de Valencia vivió una jornada de protesta histórica, en la que más de 130.000 personas, según la Delegación del Gobierno español, se congregaron en el centro de la ciudad para exigir la dimisión de Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana. Más de veinte organizaciones sociales convocaron la marcha, en la que los asistentes denunciaron la deficiente gestión del desastre de la DANA, que deja ya más de 200 víctimas mortales y numerosos daños en localidades del País Valencià.

Desde las cuatro de la tarde, varios grupos de manifestantes iniciaron su marcha hacia el centro de ciudad, sumándose al reclamo colectivo. La protesta, que comenzó oficialmente a las seis, desbordó rápidamente la Plaça del Ajuntament, desde donde partió la pancarta. Con gritos de “Mazón asesino” y “Mazón dimisión”, los asistentes responsabilizaron directamente al president de la Generalitat por la falta de previsión en las alertas de emergencia y la posterior administración de la catástrofe.

La marcha llegó al Palau de la Generalitat, donde las multitudes colapsaron la calle Cavallers y sus alrededores. Como símbolo de las pérdidas humanas y el esfuerzo de los voluntarios, varios manifestantes depositaron botas y prendas manchadas de barro, traídas desde las zonas más afectadas por las inundaciones. Otros asistentes mancharon con barro las paredes del edificio, delante del cual hubo momentos de tensión. La asistencia a la protesta fue tal, que mientras la cabecera llegaba al Palau de la Generalitat, gran cantidad de manifestantes de la cola aún seguían en la plaza del Ayuntamiento. Allí, UIP de la policía española cargó contra los que se aún se encontraban congregados delante del consistorio, pero los agentes se vieron superados por la rabia popular en el enfrentamiento.

Bloque de OJS

La Organització Juvenil Socialista (OJS) del País Valencià había convocado una columna propia bajo el lema Els nostres morts, el seu benefici. Contra empresaris i polítics construïm la organització revolucionaria.(Nuestros muertos, su beneficio. Contra empresarios y políticos, construyamos la organización revolucionaria). Las reivindicaciones del bloque fueron más allá de Mazón, impugnando a la clase política y a los empresarios en su totalidad, reclamando “que la juventud sea la punta de lanza de la organización revolucionaria”.

A su paso por el centro de Valencia, miles de jóvenes corearon consignas como “els vostres beneficis, la nostra misèria”, acusando a empresarios y políticos de negligencia en la gestión de la DANA. Horitzó Socialista reportó bloqueos de la Policía española que dificultaron el avance de la columna de OJS, que mantuvo su presencia hasta el final de la manifestación.

Sindicat d’Habitatge de València

Por su parte, el Sindicat d’Habitatge de València también organizó su propia columna, exigiendo la reubicación inmediata de los afectados, viviendas gratuitas y de calidad, la expropiación de pisos turísticos y la condonación del pago de los alquileres. El bloque avanzó hasta la Plaça de l’Ajuntament, afirmando que “la solidaridad es la mejor arma”. Frente a un fuerte despliegue policial, el colectivo denunció “la respuesta represiva” de las autoridades ante sus demandas y rechazó “cualquier intento de intimidación o fragmentación de la protesta”. Al igual que OJS, insistieron en “la necesidad de organizarse y responsabilizar a los políticos y empresarios”, a quienes señalaron como culpables de la crisis generada por la DANA.

Protestas en más ciudades

Otras ciudades del País Valencià también registraron multitudinarias concentraciones. En Alacant, miles de personas partieron hacia la sede del Consell, mientras que en Elx también se produjo una de las concentraciones más grandes en la historia reciente de la ciudad, con la Plaza de Baix abarrotada de manifestantes exigiendo responsabilidades políticas.