El ejército israelí ha lanzado una serie de ataques aéreos en la Franja de Gaza en la madrugada del jueves, dejando un saldo de al menos 88 muertos, incluidos varios niños que dormían en sus casas, según han informado las autoridades de salud palestinas a Al Jazeera. Uno de los ataques más devastadores golpeó un vecindario residencial en Beit Lahiya, en el norte de la Franja, causando la muerte de 66 personas y dejando numerosos heridos. El director del Hospital Kamal Adwan, Hussam Abu Safia, describió la magnitud de la tragedia, indicando que la mayoría de las víctimas eran mujeres y niños, y que los recursos médicos para atender la emergencia son prácticamente inexistentes debido al asedio que sufre la región.
En lo que queda de la ciudad de Gaza, otro ataque alcanzó el barrio de Sheikh Radwan, matando a 22 personas, entre ellas 10 niños, según confirmaron fuentes locales. Estos bombardeos ocurren en un contexto de bloqueo extremo que ya ha dejado al territorio al borde de la hambruna, con más de un millón de personas desplazadas viviendo en condiciones extremas de cara al invierno. Organizaciones internacionales advierten que “la crisis humanitaria en Gaza se agrava con cada día que pasa, exacerbada por las restricciones en la entrada de ayuda humanitaria”.
Los ataques han tenido lugar poco después de que Washington vetara una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía un alto el fuego inmediato y la liberación de los prisioneros israelíes. Este veto, el cuarto desde el inicio del estallido de esta fase de la guerra colonial histórica, ha frustrado los intentos internacionales de detener una matanza ya se ha cobrado más de 44.000 vidas palestinas desde octubre de 2023. El Estado de Israel justifica sus operaciones argumentando “la necesidad de eliminar la infraestructura de Hamas”, pero lo cierto es que la Resistencia Palestina mantiene sus capacidades operativas, mientras son los civiles los que están sufriendo las consecuencias más devastadoras,