El conflicto entre el Estado de Israel y Hezbollah alcanza una nueva intensidad con el lanzamiento de más de 340 misiles y drones desde Líbano hacia la Palestina ocupada este domingo, según ha reportado la radio del ejército israelí. Los ataques dejaron al menos 11 heridos, obligando a miles de personas a refugiarse en búnkeres y provocando severos daños en la Yaffa ocupada, a la que los colonos denominan “Tel Avi”v”.
En respuesta, las fuerzas israelíes bombardearon Beirut, causando “una destrucción masiva”, en palabras del Ministerio de Educación libanés, que ha tenido que ordenar el cierre de las escuelas en la capital libanesa hasta enero. En paralelo, el ejército israelí ha continuado con ataques adicionales sobre el Hospital Kamal Adwan en Gaza, con un saldo de muertos y decenas de heridos entre el personal médico.
Desde el inicio de esta fase de la guerra el 7 de octubre de 2023, el conflicto ha provocado cifras alarmantes de víctimas: al menos 44.211 palestinos han muerto y 104.567 han resultado heridos en Gaza. En Líbano, los bombardeos de la fuerza aérea israelí han dejado 3.754 muertos y 15.626 heridos, con los ataques alcanzando incluso posiciones del ejército libanés. Según informes locales, más de 40 soldados libaneses han perdido la vida en los últimos meses.
Estos hechos ponen en entredicho la versión israelí que aseguraba que Hezbollah estaría “descabezada” y con “capacidades significativamente mermadas” tras los últimos ataques recibidos. La magnitud y la organización de la operación de este dominfo, con más de 340 misiles y drones en un solo día, muestran una fuerza operativa con capacidad para infligir daños considerables por sorpresa, evidenciando que la milicia chií sigue siendo un actor relevante en el conflicto.
La escalada bélica coincide con además con informes sobre posibles negociaciones para un alto al fuego entre el Estado de Israel, Hezbollah y Líbano. Sin embargo, líderes sionistas como David Azoulay, del Consejo de Metula, han criticado los términos de un posible acuerdo, describiéndolo como “una rendición ante Hezbollah”. Mientras tanto, como es habitual, la comunidad internacional se limita observar con “preocupación” el deterioro de la situación humanitaria y la creciente tensión en la región
