Miles de trabajadores del sector público en Chile, encabezados por la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF) y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), llevaron a cabo una huelga nacional el pasado 28 de noviembre. La movilización se desató tras una reciente medida de la Contraloría General de la República, que los manifestantes consideran “una amenaza directa a la estabilidad laboral” en el sector público. Además, las demandas incluyeron el aumento de los salarios y la reducción de la jornada laboral, objetivos que el gobierno del presidente izquierdista Gabriel Boric aún no ha concretado, generando creciente descontento entre los trabajadores estatales.
Los líderes sindicales denunciaron que, pese a las promesas de cambio del gobierno de Boric, las condiciones laborales en el sector público se han deteriorado. “No podemos aceptar que se vulneren nuestros derechos laborales con medidas que precarizan el empleo y no garantizan estabilidad ni mejoras en los sueldos”, afirmó José Pérez Debelli, presidente de ANEF en la cadena de televisión estatal. Por su parte, la CUT subrayó que el sector público representa “un pilar fundamental para el país y que la lucha seguirá hasta que el Ejecutivo dé respuestas concretas a sus demandas”.