El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia ha confirmado este domingo que Bashar Al Assad ha abandonado su cargo como presidente de Siria y ha salido del país tras la toma de Damasco por fuerzas opositoras encabezadas por Hayat Tahrir al-Sham (HTS).
Según un comunicado oficial emitido a través de Telegram y recogido por medios como Reuters y RT, Moscú aclaró que “no ha participado en las negociaciones que han conducido a la salida de Assad”, aunque reconoce su decisión de “transferir el poder pacíficamente”.
La ofensiva de HTS, iniciada la semana pasada desde la provincia de Idlib, ha culminado este domingo con el control de la capital siria. El grupo, dirigido por un excomandante de Al-Qaeda, ha logrado imponerse rápidamente mientras el gobierno sirio se desmoronaba. El primer ministro sirio, Mohammad al-Jalali, ha expresado su disposición “a colaborar con cualquier liderazgo elegido por el pueblo” y afirmó que permanece en su residencia en Damasco, según reporta Al Jazeera. Por su parte, Rusia informa que sus bases militares en Siria están en “máxima alerta” pero asegura que “no existe una amenaza inmediata contra ellas”.
Moscú ha transmitido “su compromiso con un proceso político inclusivo que respete los intereses de todas las etnias y grupos religiosos de Siria”, remarcando que se adhiere a la Resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU. Esta hoja de ruta declara “una solución pacífica al conflicto a través de elecciones libres y la redacción de una nueva constitución”.
El Kremlin también hace un llamado a todas las partes “para evitar más violencia y apostar por el diálogo”, al tiempo que confirma que mantiene contactos “con todas las facciones opositoras en Siria”, según menciona el Ministerio de Exteriores de Rusia.