La reciente moción de censura contra el gobierno de Michel Barnier, que tuvo lugar el 4 de diciembre, ha desatado una serie de preocupaciones dentro de las fuerzas armadas francesas. El presupuesto militar, que inicialmente se esperaba que experimentara un aumento significativo en 2025, ahora se encuentra en una situación incierta debido a la introducción de una “ley especial” y el aplazamiento de la aprobación de la nueva ley de finanzas, prevista para principios de 2025. Este retraso, asegura Le Monde, “pone en peligro las inversiones militares planeadas”.
Fuentes gubernamentales citadas por Le Monde recuerdan que el presupuesto de defensa estaba estructurado dentro de la Ley de Programación Militar (LPM) para el período 2024-2030, que preveía un incremento de más de 3 mil millones de euros anuales. Sin embargo, con la “ley especial”, el gobierno aplicará únicamente los presupuestos de 2024 para el próximo año, lo que impide realizar nuevos gastos o inversiones. Este aplazamiento también afectaría las adquisiciones de equipos militares, retrasando los contratos con los fabricantes de armamento y, por ende, la modernización de las fuerzas armadas.
El presidente Emmanuel Macron había planteado el aumento del presupuesto militar como una de las principales prioridades de su mandato, en particular para garantizar el apoyo del Estado francés a Ucrania, cuyos recursos militares dependen en parte de los equipos suministrados por París. Sin embargo, tras la moción de censura, el presidente de la Comisión de Defensa, Jean-Michel Jacques, criticó a los diputados de izquierda y extrema derecha por, según él, “abandonar a las fuerzas armadas y de seguridad del país”.
El aplazamiento y los cambios legislativos han generado incertidumbre sobre el futuro inmediato de las inversiones en defensa, lo que podría afectar la capacidad del Elíseo para cumplir con sus compromisos internacionales y modernizar su ejército en un contexto global cada vez más conflictivo.
