El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, confirmó este sábado que funcionarios de EEUU han mantenido contactos directos con Hayat Tahrir Al Sham (HTS), el grupo designado como organización terrorista que lideró el derrocamiento del presidente sirio Bashar Al Assad. Durante una conferencia en Aqaba, Jordania, Blinken subrayó que estas conversaciones “buscan transmitir mensajes sobre la conducta del grupo y sus planes para gobernar en la actual etapa de transición”.
HTS ha sido hasta hace relativamente poco afiliado a Al Qaeda y ha estado bajo sanciones estadounidenses desde 2018. Su líder, Ahmad Al Sharaa, conocido como Abu Mohammed Al Jolani, declaró en una entrevista televisiva que” las nuevas autoridades en Damasco están en contacto con embajadas occidentales y que su prioridad es evitar conflictos en un país agotado” por años de guerra. Mientras tanto, Blinken destaca “la necesidad de evitar la reactivación de grupos extremistas, como el Estado Islámico”, con el cual HTS ha tenido confluencias y conflictos. El que fuera el líder del ISIS Abu Bakr Al Baghdadi, por ejemplo, participó en la formación de HTS, según reconoce la propia BBC.
Los contactos de EEUU forman parte de una maniobra más amplio respaldado por ministros de Exteriores de ocho naciones árabes, Turquía, la Unión Europea y la ONU. Tras su encuentro en Jordania, emitieron una declaración conjunta que pide “el cese de las hostilidades, la seguridad de armas químicas y elecciones supervisadas por la ONU basadas en una nueva constitución”. Paralelamente, Turquía ha reabierto su embajada en Damasco, marcando el primer paso diplomático desde la caída de Assad, mientras que otros actores regionales, como Hezbollah, buscan ajustar sus posiciones tras los recientes cambios en Siria.
