La Unión Europea ha comenzado contactos preliminares con el Gobierno interino de Siria, encabezado por Hayat Tahrir al Sham (HTS), una organización sucesora de Al Nusra, filial de Al Qaeda en Siria y designada como terrorista por la ONU y EEUU. La alta representante para la Política Exterior y Seguridad, Kaja Kallas, confirmó este lunes que un alto diplomático europeo se ha desplazado a Damasco para reunirse con miembros del nuevo Ejecutivo. La medida llega tras el derrocamiento de Bashar Al Asad, en un contexto de cautela, ya que los vínculos de HTS son evidentes y resuena a Afganistán y muchos otros casos en los que Occidente ha llevando al poder a organizaciones fundamentalistas.
Los ministros de Exteriores de los 27 Estados miembros debatieron en Bruselas “los pasos iniciales para establecer un diálogo con las nuevas autoridades sirias”. Kallas advirtió que “el extremismo, Rusia e Irán no deben tener cabida en el futuro del país”. Países Bajos, por su parte, quiere condicionar estos contactos a que “Rusia retire las bases militares que mantiene en Siria”. En paralelo, los ministros evalúan la posibilidad de levantar las sanciones europeas impuestas hace años, aunque Kallas subrayó que “cualquier avance dependerá de políticas y pasos concretos” del nuevo régimen.
Mientras tanto, el debate sobre el retorno de los refugiados sirios ha ganado fuerza en Europa, especialmente en países como Alemania y el Estado francés, que han suspendido solicitudes de asilo. El Estado español, con un menor número de peticiones, ha descartado medidas similares. El ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, defendió que el regreso debe ser “seguro, voluntario y conforme a los criterios de la ONU”. Con la situación en Siria en el foco, la UE celebrará próximamente una conferencia sobre el país árabe, en la que se trabajará con actores regionales y países vecinos para “apoyar la reconstrucción y la transición política”.
