Un agente de la unidad ARRO de los Mossos d’Esquadra desenfundó su arma durante un operativo de desahucio en el barrio de Verdum, en Nou Barris (Barcelona). El hecho, ocurrido el pasado 18 de diciembre, fue captado por una cámara propiedad de las inquilinas desalojadas, Denis y Yolanda, dos hermanos con menores a su cargo. Según recoge la Directa de la denuncia del Sindicat d’Habitatge de Nou Barris y Alerta Solidària, la actuación fue “negligente, paranoica y antirreglamentaria”, ya que en el momento de desenfundar el arma, el desahucio ya había sido ejecutado y no había nadie en la vivienda.
Martí Majoral, portavoz de Alerta Solidària, enmarca este suceso en un contexto de aumento de la presencia policial en los desahucios, con despliegues frecuentes de unidades como la BRIMO y la ARRO. Según Majoral, estos dispositivos, cada vez más habituales y contundentes, buscan “provocar reacciones en caliente” por parte de los militantes para justificar detenciones, además de “coaccionar las libertades cívicas” y desincentivar la protesta organizada en defensa del derecho a la vivienda. El Sindicat d’Habitatge de Nou Barris también denuncia que este tipo de actuaciones, junto a fuertes despliegues policiales, han sido especialmente visibles en casos recientes en Sants, Sant Gervasi, Trinitat Vella, Poble Sec o Reus.
El caso de Denis y Yolanda refleja un problema estructural: los inquilinos accedieron al piso tras ser estafados por una persona que se hizo pasar por propietaria, cuando en realidad el inmueble pertenece a Anticipa Real Estate, filial del fondo estadounidense Blackstone, uno de los mayores tenedores de vivienda en el Estado español. A pesar de su situación de vulnerabilidad, ni la administración pública ni la propiedad ofrecieron alternativas habitacionales. Desde los colectivos denuncian que estos operativos implican un “despilfarro de recursos públicos”, que podrían destinarse a alquileres sociales en lugar de reforzar dispositivos policiales cada vez más reforzados.