El invierno ha sumado una nueva capa de sufrimiento para cientos de miles de palestinos desplazados en en la Franja de Gaza, donde intensas lluvias han inundado los campamentos de refugiados en Deir el-Balah y otras áreas. Según la agencia Anadolu y reportes de Al Jazeera, decenas de tiendas han sido arrasadas o quedaron anegadas el lunes, obligando a las familias a improvisar reparaciones con plásticos y arena.
La situación es especialmente grave para los niños. Jumaa al-Batran, un bebé de 20 días, murió este lunes de hipotermia, sumándose a otros seis infantes fallecidos por el frío en los últimos días, según médicos locales.
Agencias humanitarias internacionales denuncian que las fuerzas israelíes están bloqueando la entrega de ayuda, lo que agrava la crisis. La UNRWA advirtió el domingo que la asistencia actual es insuficiente y que un alto el fuego es “esencial” para evitar una hambruna inminente. Entretanto, los esfuerzos de mediación liderados por Egipto, Qatar y Estados Unidos no han logrado avances significativos hacia una tregua.