El desahucio de Josep Torrent, previsto para este 31 de enero en Casa Orsola (Barcelona, Catalunya), ha desatado una fuerte movilización en el barrio de l’Esquerra de l’Eixample. El Sindicat de Llogateres, junto a más de 200 colectivos de diversos sectores sociales, ha organizado una serie de eventos programados ante el inmueble, para evitar el desalojo. Torrent, quien ha residido durante 24 años en el edificio, enfrenta la pérdida de su hogar tras la expiración de su contrato en mayo de 2022. La causa del desahucio está vinculada a la compra del inmueble por parte de la empresa Lioness Inversiones, que ha elevado drásticamente los precios de los alquileres, afectando a los vecinos.
Desde el inicio de la lucha, los residentes de Casa Orsola han recibido el apoyo de organizaciones sociales, políticas y culturales, destacando la importancia de la organización frente a la especulación inmobiliaria. Sin embargo, la negociación con la propiedad ha sido infructuosa. El Sindicat de Llogateres ha criticado la falta de medidas del Ayuntamiento de Barcelona y la negativa de la empresa a establecer un diálogo para buscar soluciones. Además, la organización ha resaltado cómo la situación de Casa Orsola refleja “un problema más amplio de desahucios y precariedad habitacional en la ciudad”.
A pesar de la creciente presión social, la comitiva judicial sigue adelante con el desahucio, y se ha previsto la intervención de los Mossos d’Esquadra para asistir en el desalojo. No obstante, la militancia mantiene su firme postura y hace un llamado a continuar luchando por el derecho a la vivienda digna, destacando que “la solidaridad vecinal” en la lucha contra la especulación y en la defensa de los hogares de aquellos más vulnerables.