Marruecos paralizado por huelga general contra la ley de huelga y la inflación

Con un seguimiento superior al 84%, la clase obrera marroquí detiene actividades en sectores clave como la educación, la salud y la minería, en medio de una creciente crisis económica.

Protestas durante la huelga general marroquí del 5 de febrero del 2025.
@HessPressFr (X)

El miércoles 5 de febrero, Marruecos vivió una jornada de paralización total debido a una huelga general convocada por cinco de los sindicatos más importantes del país y secundada por millones de trabajadores y trabajadoras. La protesta, que continúa este 6 de febrero, busca rechazar la reforma de la ley de huelga impuesta por el régimen, y concretamente, por el gobierno que encabeza el empresario Aziz Akhanouch, que busca restringir libertades políticas de los sindicatos no-oficiales para realizar convocatorias de huelgas.

Ante este recorte de libertades políticas, la clase obrera marroquí ha echado el freno de mano en la producción, la distribución y los servicios de escuelas, hospitales, universidades, centros de producción y numerosas instituciones, tanto públicas como privadas. A consecuencia, miles de establecimientos cerraron sus puertas, afectando gravemente el funcionamiento del país. Según los organizadores, la participación en la huelga superó el 84% en la mayoría de los sectores, con cifras récord en educación (95%), salud (80%) y minería, que registró una adhesión total del 100%.

Según declaraciones de Miloudi Moukharik, secretario general de la Unión Marroquí del Trabajo (UMT) recogidas en el medio argelino Al24news, la huelga está siendo “un éxito rotundo”, destacando la masiva participación de la clase trabajadora en todos los sectores. Otros líderes sindicales, como Abdallah Aghmimot de la Unión Nacional de Maestros, consideraron la movilización como “una clara respuesta política al gobierno”, en rechazo a la ley que restringe el derecho a la huelga de aquellos trabajadores que se organizan fuera de los sindicatos oficiales. En el sector privado, la participación alcanzó cerca del 90%, afectando incluso grandes empresas y puertos estratégicos como Jorf Lasfar y Casablanca.

Simultáneamente, la Cámara de Representantes aprobó el polémico proyecto de ley con 84 votos a favor y 20 en contra, de un total de 395 diputados. Sin embargo, la sesión estuvo marcada por una elevada abstención, con el 74% de los legisladores ausentes, lo que generó cuestionamientos sobre el compromiso de los representantes ante el descontento social. Los sindicatos anunciaron que en los próximos días “podrían intensificar sus acciones”. En un contexto de creciente tensión debido al aumento del costo de vida y el desempleo endémico que afecta al país, la clase trabajadora marroquí desafía abiertamente al régimen y a la patronal.