Más de 1,4 millones de personas se han congregado esta semana en Beirut (Líbano) desde el 23 de febrero para despedir a Sayyed Hassan Nasrallah, secretario general de Hezbollah, y a su sucesor designado, Hashem Safieddine, asesinados por las fuerzas israelíes entre septiembre y octubre de 2024. El funeral, pospuesto durante cuatro meses debido a la agresión israelí contra Líbano, ha reunido a personas de todo el espectro social y político libanés, así como a delegaciones de unos 80 países, según Peoples Dispatch. Nasrallah, quien lideró la resistencia libanesa hasta la liberación del sur del Líbano en 2000, fue recordado por sus victorias militares, incluida la guerra de 2006 contra el Estado Israel y la firma de un acuerdo de alto al fuego en 2024.
Durante el funeral, aviones de combate israelíes sobrevolaron a baja altura el estadio Camille Chamoun, donde se realizó la ceremonia. El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, confirmó la acción, declarando que era un mensaje de que “aquellos que amenacen a Israel encontrarán su fin”. Los asistentes respondieron con consignas como “¡A tus órdenes, Nasrallah!” y “¡Muerte a Israel!”, reafirmando su apoyo a la resistencia. La periodista libanesa-estadounidense Rania Khalek destacó en redes sociales que Nasrallah “inspiró y dio esperanza a millones y demostró que la resistencia armada contra el imperialismo puede tener éxito”.
En un discurso transmitido en video, el nuevo secretario general de Hezbollah, Sheikh Naim Qassem, rindió homenaje a Nasrallah como un “líder histórico y excepcional” y prometió continuar con su legado. Hamas también emitió un comunicado lamentando la pérdida de los líderes y afirmando que su asesinato “no detendrá nuestro camino, sino que fortalecerá nuestra determinación para liberar nuestra tierra y sitios sagrados”.