Los incidentes de sabotaje dirigidos contra Tesla, que comenzaron en Estados Unidos, han aumentado en los últimos días y se han expandido a Europa. Se han reportado ataques contra estaciones de carga, concesionarios y vehículos de la marca en ciudades como Nueva York, Chicago, Portland y en varios puntos del Estado francés y Portugal.
Según reportes locales, los actos incluyen la destrucción de cargadores, pintadas con grafitis y, en algunos casos, incendios provocados. En Portland, un individuo abriño fuego contra un concesionario, causando daños materiales.
En Estados Unidos, las protestas han estado vinculadas a la figura de Elon Musk, propietario de Tesla y SpaceX, y a su rol en la administración del presidente Donald Trump. Grupos de manifestantes han organizado marchas y ocupaciones de concesionarios, como la ocurrida en Manhattan, donde seis personas fueron arrestadas.
En Chicago, una manifestación bajo el lema Take Down Tesla, Trump, and Tyranny (Derribar Tesla, Trump y la Tiranía) generó tensión en la zona. Además, se han denunciado agresiones físicas contra propietarios de vehículos Tesla, que incluyen ataques con pintura en aerosol y amenazas.
El oligarca Elon Musk se ha pronunciado sobre la situación a través de su red social X, agradeciendo “el apoyo a la compañía” y afirmando que “cinco grupos financiados por ActBlue” estarían detrás de las protestas. No obstante, hasta el momento no existen pruebas que vinculen a esta organización con los hechos. Paralelamente, la cotización bursátil de Tesla ha caído un 15 % en las últimas semanas, afectando su valoración tras haber alcanzado un máximo histórico tras la victoria electoral de Trump.