Contra el aumento del presupuesto militar

La OTAN lleva tiempo presionando a los estados europeos para que aumenten su gasto en la industria militar, y la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, con su política exterior más agresiva, ha creado el contexto idóneo para dar un gran salto en esa dirección. La Comisión Europea presentó, a mediados de marzo, el plan Rearm Europe y el Gobierno “más progresista de la historia del Estado español” no ha tardado en subordinarse: ayer Sánchez anunció que aumentará el presupuesto militar en casi 10.500 millones de euros. Y así es como se toman las decisiones importantes en la Europa burguesa en decadencia: la oligarquía atlantista dicta sentencia, la Unión Europea recoge el guante y los gobiernos de los estados acatan las decisiones. Ni un mínimo de barniz democrático para decorar las imposiciones del gran capital, ninguna fuerza política relevante que ponga el grito en el cielo.

Cada partido y gobierno reviste las decisiones que toma con el discurso que más le conviene: algunos nos hablan directamente de la necesidad de ser más solidarios y de asumir un mayor coste del gasto de la OTAN; otros argumentan justo lo contrario, que es momento de ganar autonomía estratégica respecto a la OTAN. La ultraderecha soberanista, pretende dotar del mayor número de competencias posible a su idea nostálgica del estado nación. Por caminos diferentes, pero todos llegan a Roma: hay que aumentar el presupuesto militar y armar a los estados. Y es que, contrariamente a lo que nos quiere hacer pensar cierta socialdemocracia, prepararse para la guerra imperialista no es solamente resultado de la voluntad de los gobernantes, sino la necesidad objetiva y concreta de un sistema capitalista en crisis y de un bloque occidental en decadencia.

Hace tiempo que la oligarquía atlantista ha emprendido una doble ofensiva frente a la crisis de acumulación y su pérdida de competitividad respecto a otros bloques capitalistas. Una ofensiva a nivel interno contra los salarios de la clase trabajadora para aumentar las ganancias capitalistas, y a nivel externo, una ofensiva de carácter imperialista para disputar el control de los mercados, los recursos estratégicos etc. a las potencias emergentes. La crisis está aumentando las tensiones internas dentro de la propia oligarquía atlantista, como puede observarse en las discrepancias que están aflorando a la hora de poner fin a la guerra de Ucrania, pero esta agenda imperialista y antiproletaria la comparten todas las facciones. Para ello, el rearme y la activación de la industria militar juegan un papel fundamental: preparan a los estados para la guerra a la par de que transfieren enormes cantidades de riqueza a las grandes industrias capitalistas, orientando el gasto público a la producción de armamento.

Pedro Sánchez anunció en rueda de prensa que iba a sumar a esta dinámica y para no dejar dudas de que estaba acatando los dictados de la OTAN, repitió en dos ocasiones que iba a aumentar el gasto en defensa hasta el %2 del PIB. Además, dejó claro que no es necesario aprobar en el Congreso el mayor aumento del gasto militar de la historia. Así, los partidos situados a la izquierda del PSOE pueden seguir apoyando al Gobierno sin mancharse las manos votando a favor de aumentar el gasto militar. Parece que, para los progresistas del siglo XXI, abrir las puertas de par en par a la guerra imperialista se trata de una cuestión menor. De hecho, ante la noticia de la imposición de un gasto de más de 10.500 millones de euros, los partidos socialdemócratas han preferido mantener un perfil bajo, mientras hacían declaraciones más acaloradas al conocer que el Gobierno había cerrado un acuerdo para comprar armamento al Estado de Israel. Se trata de algo inaceptable, por supuesto, pero cabe pensar que ha sido la noticia a la que convenientemente estos partidos han preferido conceder titulares y sendas condenas, mientras el mayor aumento en el gasto militar pasaba a un segundo plano. Así, aparentan condicionar al Gobierno en puntos secundarios, mientras, en la práctica, le siguen concediendo un cheque en blanco en lo fundamental. Sin embargo, como comunistas nos toca decirlo claro: apoyar al gobierno de Sánchez es apoyar la escalada bélica de la oligarquía. La lógica del mal menor, de sostener a este Gobierno por miedo al gobierno que pueda venir, solo está sirviendo para blanquear el aumento del gasto militar y el empeoramiento de las condiciones de vida de la clase trabajadora.

Es momento de organizar una respuesta acorde a la gravedad del momento, contra el rearme, la OTAN y la Unión Europea. Una respuesta contundente e independiente a todos los partidos políticos que directa o indirectamente han sostenido y sostienen el rearme. El primero de mayo desde EHKS daremos un paso en esa dirección tomando las calles de Bilbo.