El gasto militar global alcanzó en 2024 los 2,7 billones de dólares, lo que representa un aumento del 9,4% respecto al año anterior, según el Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI). Este incremento marca el mayor aumento en la historia reciente, que en tan solo tres años asciende casi al 20%.
En este contexto, el Estado español también se suma a la tendencia con un aumento significativo en sus inversiones militares. A pesar de que el Gobierno encabezado por Pedro Sánchez ha calculado un gasto de 33.123 millones de euros para 2025, el Centre Delàs de Estudios por la Paz advierte que el gasto real alcanzará los 40.457 millones, lo que representa el 2,48% del PIB, casi medio punto más de lo que prevé el Ejecutivo.
El Gobierno español ha aprobado una inyección de 10.471 millones de euros adicionales para 2025, lo que permitirá alcanzar el objetivo del 2% del PIB en gasto militar. Sin embargo, el Centre Delàs destaca que parte de este aumento se destina a programas de armamento (PEM) ocultos bajo categorías como “Instrumentos de defensa y disuasión” o “Condiciones laborales, preparación y equipamiento”.
Entre los proyectos más destacados, se incluyen compras de armamento a empresas israelíes, como el POD designador láser para aviones de combate y el Sistema Conjunto de Radio Táctica, que también involucra a Elbit Systems.
Según Pere Ortega, investigador del Centre Delàs, “un gasto militar de esta magnitud no solo supone dejar de invertir en sectores clave como la salud, la educación o la lucha contra el cambio climático, sino que también se prevé que conlleve recortes en otros ministerios”.
A nivel global, el SIPRI revela que el gasto militar de Estados Unidos, que sigue encabezando el ranking mundial con 997.000 millones de dólares, creció un 5,7%. En Europa, el gasto también ha registrado aumentos significativos, con un incremento del 24% en Europa Occidental, impulsado por países como Alemania, que aumentó su gasto en un 28%. Según Jordi Calvo, coordinador del Centre Delàs, “la apuesta por la militarización de las principales potencias y la incertidumbre política internacional alejan las opciones de paz en los conflictos armados”.
