La Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), agencia de inteligencia interior de Alemania, ha designado este viernes al partido Alternativa para Alemania (AfD) como una organización “extremista de ultraderecha”. Según el comunicado oficial difundido por el Ministerio del Interior alemán, la decisión se basa en que los objetivos políticos del partido son “contrarios al orden democrático”, una evaluación que, como recuerda Europa Press, ya había sido adoptada en varios estados federados como Sajonia y Sajonia-Anhalt.
“La concepción predominante del partido sobre el pueblo, basada en la etnia y la ascendencia, es incompatible con el orden democrático liberal”, ha afirmado la BfV. En el documento, la agencia sostiene que AfD promueve la exclusión de determinados grupos de la población de la participación social en igualdad de condiciones, citando específicamente a ciudadanos alemanes con orígenes migratorios procedentes de países de mayoría musulmana. La vigilancia del partido por parte de los servicios de inteligencia ya se mantenía desde hacía años bajo la categoría de “sospecha de extremismo”.
Sinan Selen y Silke Willems, altos responsables de la BfV, han subrayado que “las declaraciones y posiciones del partido y de sus principales representantes violan el principio de la dignidad humana”, aspecto que califican como “determinante” en la evaluación final.
Fundada en 2013, la AfD ha conformado en los últimos años la línea antiinmigración y nacionalista más radical del arco parlamentario europeo, lo que ha incrementado su escrutinio por parte de organismos estatales. Sin embargo, más allá de las declaraciones oficiales de los aparatos del estado, el cerco contra el partido llega justamente en un contexto donde la geopolítica europea se ha vuelto especialmente convulsa, alemania vive la mayor crisis económica desde el final de la Segunda Guerra mundial y los partidos tradicionales son más débiles que nunca.