Lee Jae-myung asumió este miércoles de forma oficial la presidencia de Corea del Sur después de que la Comisión Electoral Nacional confirmara su victoria en los comicios anticipados del martes, celebrados tras la destitución del expresidente Yoon Suk-yeol.
El líder del Partido Democrático (PD), de orientación liberal, ganó con un 49,42% de los votos, frente al 41,15% obtenido por su principal rival, Kim Moon-soo, del conservador Partido del Poder Popular. La toma de funciones se produjo a las 6:21 hora local (21:21 GMT del martes), sin periodo de transición, como permite la legislación surcoreana en estos casos.
Lee, que ya ejercía como presidente interino desde mayo, ha sido investido en una ceremonia oficial ante la Asamblea Nacional en Seúl, después de rendir homenaje a los expresidentes del país en el Cementerio Nacional.
En su discurso inaugural, ha prometido “superar la insurrección” que supuso la fallida declaración de ley marcial por parte de Yoon en diciembre de 2024. “Cumpliré con la primera misión que me han encomendado: asegurar que nunca más haya un golpe militar que intimide al pueblo con las armas que ha confiado”, afirmó durante su intervención, según recoge la agencia EFE.
El nuevo presidente surcoreano también destacó la necesidad de “restaurar la unidad nacional” y reactivar la economía. “Seré el presidente de todos, que abrace y sirva a todo el pueblo”, declaró.
En política exterior, Lee abogó por una “diplomacia pragmática centrada en los intereses nacionales”, comprometido con reforzar la alianza con Estados Unidos y con una postura de “apertura” hacia Corea del Norte: “La verdadera seguridad es no necesitar una guerra”.
La elección de Lee se produce en un contexto de crisis institucional, tras la destitución de Yoon por el Tribunal Constitucional el pasado 4 de abril. El expresidente está procesado por insurrección y abuso de poder.