Las Fuerzas de Autodefensa de Japón han realizado pruebas de misiles de largo alcance, incluyendo el lanzamiento de misiles antibuque Type 12 modernizados y el proyectil hipersónico Hyper Velocity Gliding Projectile (HVGP), durante un ejercicio anual de fuego real cerca del monte Fuji.
Según medios japoneses, estos sistemas avanzados serán desplegados en la isla de Kyushu y, en el caso del HVGP, también en Hokkaido, reforzando la capacidad de respuesta ante lo que perciben como “posibles amenazas en el entorno regional”.
La elección de ubicaciones para los ensayos, evitando zonas sensibles como Okinawa, busca minimizar la reacción internacional ante la expansión militar japonesa.
Estas maniobras se producen en un contexto de creciente tensión en Asia-Pacífico y han suscitado críticas desde China.
El diario oficial del Ejército Popular de Liberación ha acusado a Japón de “romper las restricciones de la constitución pacifista” y de avanzar hacia capacidades de primer ataque bajo el argumento de construir una “capacidad de contraataque”, advirtiendo sobre el impacto en la escalada de la tensión regional.