La tensión entre el Estado de Israel y la República Islámica de Irán ha escalado a un nivel sin precedentes tras varios días de ataques directos entre ambos países. Los israelíes han lanzado en la madrugada del lunes una nueva oleada de bombardeos sobre infraestructuras militares estratégicas en Irán, incluyendo la ciudad de Tabriz y la capital, Teheran, donde se han reportado explosiones en un depósito de petróleo y en instalaciones militares.
El ejército israelí afirma haber alcanzado la “superioridad aérea total sobre los cielos de Teheran” y haber destruido más de 120 lanzadores de misiles en el centro de Irán, según el portavoz militar Effie Defrin. Israel también ha confirmado la muerte de altos mandos militares iraníes, entre ellos el jefe de inteligencia de la Guardia Revolucionaria, Mohammad Kazemi, y su adjunto, en un ataque en Teheran.
En respuesta, Irán disparó más de 370 misiles y drones contra los territorios ocupados, impactando en varias ciudades, entre ellas Tel Aviv y Herzliya, donde se registran daños materiales y al menos cinco muertos más, según fuentes oficiales israelíes
Las alarmas antiaéreas han sonado en toda la Palestina ocupada y se han reportado explosiones y fuego en zonas residenciales y estratégicas.
El ejército israelí ha anunciado además la muerte del jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas iraníes, Ali Shadmani, en otro ataque sobre la capital iraní, aunque Teherán no ha confirmado oficialmente este extremo.
Ante el temor de una escalada aún mayor, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha abandonado anticipadamente la cumbre del G7 y ha emitido un mensaje instando a los residentes de Teheran a “evacuar la ciudad”, mientras el Departamento de Defensa estadounidense se ha reunido de urgencia en la Casa Blanca.
La Unión Europea y la ONU han pedido “contención” a ambas partes; eso sí, han defendido “el derecho de Israel a defenderse” y han reiterado “la necesidad de evitar que Irán obtenga armas nucleares”, aunque haya sido Tel Aviv quien ha atacado.
En este contexto, el embajador de Irán ante la ONU, Saeed Iravani, declara que su país “no busca la guerra o una escalada”, pero que defenderá su soberanía “hasta que pare la agresión israelí o la comunidad internacional tome acciones significativas”.
Iravani denunciaba ante el Consejo de Seguridad los ataques israelíes, calificándolos de “crímenes de guerra”, y responsabilizó a Estados Unidos de apoyar la ofensiva israelí.
El diplomático advierte que “cualquier país asistiendo a la agresión israelí comparte responsabilidad legal por las consecuencias” y subraya que “Irán ejercerá su derecho a la autodefensa mientras continúe la agresión”.
Las negociaciones nucleares, según Iravani, se han visto interrumpidas poDesde el inicio de la ofensiva, los ataques han dejado al menos 224 muertos en Irán y 24 en el bando israelí, además de cientos de heridos y una creciente preocupación internacional por el riesgo de una guerra regional a gran escala.r la escalada militar, y acusa a Israel de “intentar sabotear la diplomacia” y de ser el único país de la región con armas nucleares fuera del Tratado de No Proliferación.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ya ha rechazado la posibilidad de unas negociaciones con Irán, a las que califica como “engaño para ganar tiempo”. Por tanto, declara su intención de asesinar al Ayatollah Khamenei para “acabar el conflicto”.
Desde el inicio de la ofensiva, los ataques han dejado al menos 224 muertos en Irán y 24 en el bando israelí, además de cientos de heridos y una creciente preocupación internacional por el riesgo de una guerra regional a gran escala.