Bases españolas al servicio de EE. UU. para atacar Irán, mientras Madrid y Bruselas piden “diálogo y contención”

El uso de Rota y Morón por aviones cisterna de EE. UU. contrasta con la retórica oficial de “contención y diálogo diplomático”.

Base naval de Rota (Cádiz).
Foto: typsa.com

El despliegue de aviones cisterna estadounidenses en las bases de Rota (Cádiz) y Morón de la Frontera (Sevilla) ha situado al Estado español en el centro logístico de una posible ofensiva aérea contra la República Islámica de Irán.

Mientras tanto, el Gobierno español y la Unión Europea continúan lanzando llamados públicos a la “contención” y al “diálogo”, una postura que contrasta de forma evidente con el papel real del Estado español en la agresión militar.

La ministra de Defensa del Gobierno español, Margarita Robles, ha confirmado que EE. UU. utiliza las bases españolas “dentro de los límites del acuerdo bilateral y con arreglo a los tratados”, pero ha evitado cuestionar el fondo del asunto: la infraestructura militar española es ahora pieza clave para una eventual campaña de bombardeos sobre Irán.

El acuerdo de “defensa” permite la presencia de hasta quince aviones cisterna en Morón, aunque medios internacionales como la BBC han informado de la llegada de al menos treinta aeronaves en los últimos días, esenciales para que los cazas estadounidenses puedan operar a largas distancias y atacar territorio iraní.

La paradoja es evidente: mientras la logística militar se refuerza discretamente, la ministra Robles insiste en la “máxima preocupación” del Gobierno y expresa su deseo de que “ojalá llegue pronto un acuerdo de paz”. El Ministerio de Asuntos Exteriores español, en la misma línea, ha condenado la violencia tras los ataques israelíes del 13 de junio y pide “contención a las partes”. Sin embargo, la realidad sobre el terreno es que Madrid facilita activamente la capacidad de agresión ilegal de EE. UU. en Oriente Medio.

La Unión Europea, por su parte, ha convocado una reunión urgente de ministros de Exteriores y ha instado a “dar un paso atrás y regresar a la mesa de negociaciones”. Pero la retórica diplomática contrasta con la cooperación práctica de varios Estados miembros, incluido el Estado español, en el despliegue logístico de la maquinaria militar estadounidense.

Irán, consciente de esta doble realidad, ha advertido que cualquier intervención militar de EE. UU. “tendrá consecuencias irreparables”, aunque por ahora no ha amenazado directamente a los países aliados que colaboran en el despliegue. Expertos señalan que, por alcance, los misiles iraníes actuales no podrían impactar en el Estado español, pero la implicación política y estratégica es innegable.