El primer ministro británico, Keir Starmer, ha comunicado que Reino Unido incrementará el gasto total vinculado a actividades militares y sectores asociados hasta el 5% del Producto Interior Bruto (PIB) para el año 2035. Según la Oficina del primer ministro, “el compromiso histórico sobre el 5% se aplicará a los gastos en actividades militares y en unos aspectos más amplios de la seguridad interna y la sostenibilidad nacional”. De ese porcentaje, el 3,5% del PIB se destinará exclusivamente a gasto militar directo, mientras que el 1,5% restante cubrirá ámbitos como infraestructuras críticas y proyectos tecnológicos.
Este plan se enmarca en la nueva estrategia y responde a las demandas de la OTAN y a la presión de Estados Unidos para que los países europeos incrementen su contribución presupuestaria en el ámbito militar. Las autoridades de Londras han fijado el año 2035 como horizonte para alcanzar este objetivo, con una revisión intermedia en 2029. El Gobierno laborista sostiene que el aumento presupuestario busca “fortalecer la capacidad de respuesta frente a amenazas externas e internas”, aunque no ha detallado el impacto social de este incremento ni los criterios para la asignación de fondos a proyectos de infraestructura y tecnología.
La decisión se produce en un contexto de tensiones internacionales y debate sobre el papel de Reino Unido en Europa y a nivel global. Diversos analistas y organizaciones sociales han señalado la falta de transparencia en la definición de “ámbitos conexos” y la ausencia de debate público sobre las prioridades presupuestarias. El anuncio representa un cambio significativo respecto al gasto actual y sitúa a Reino Unido entre los países con mayor inversión relativa en actividades militares y sectores asociados en Europa.
