Las fuerzas de ocupación marroquíes reprimieron este fin de semana una manifestación convocada por jóvenes saharauis en Dajla (Sáhara Occidental ocupado), antigua “Villa Cisneros”, según informa Sahara Press Service.
Los manifestantes salieron a las calles para exigir el fin de la ocupación, reclamar la independencia del territorio y denunciar la represión y la violencia ejercida por las autoridades marroquíes. Los jóvenes manifestantes, con banderas saharauis en mano, gritaban: “¡Viva el Frente Popular para la Liberación de Saguia el-Hamra y Río de Oro!”, y reivindicaban la República Saharaui. La protesta fue violentamente dispersada por la policía.
Sahara Press Service reporta que Marruecos ha persistido e incluso aumentado sus atroces crímenes contra saharauis, incluidos asesinatos, torturas, arrestos y detenciones arbitrarias, ejecuciones extrajudiciales, deportaciones forzadas y desplazamientos, así como destrucción, saqueo, robo y confiscación de propiedades del pueblo saharaui.
La represión de manifestaciones y la persecución de militantes en el territorio colonizado es una constante, donde la población autóctona ha sido reducida considerablemente en Dajla, según denuncian fuentes locales citadas por ElNacional.cat.
Casos como el del activista Mohamed Nguiguez, condenado a prisión tras protestar por el atropello de su hijo, ilustran la situación de impunidad y falta de garantías judiciales para los saharauis en el territorio ocupado.
Organizaciones como Western Sahara Resource Watch denuncian que Marruecos utiliza sistemáticamente la represión y el control militar para mantener la explotación de los recursos naturales y bloquear el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui, en teoría internacionalmente reconocido.
Las últimas movilizaciones en Dajla forman parte de una reivindicación histórica en el Sáhara Occidental, donde la población saharaui exige la aplicación de las resoluciones de la ONU sobre el derecho a la autodeterminación y denuncia la normalización de la ocupación a través de acuerdos bilaterales y megaproyectos en el territorio, como los que han firmado recientemente algunas potencias occidentales y africanas.
La represión de la manifestación en Dajla evidencia, una vez más, la ausencia de avances en el proceso de descolonización y la persistencia de la violencia institucional contra el pueblo saharaui.