Ecuador evalúa el regreso de bases militares estadounidenses tras 16 años
Tras la visita del secretario del secretario de Marco Rubio, Quito considera eliminar la prohibición constitucional de bases extranjeras vigente desde 2009, para lo que tendrá que someterse a referéndum.

El pasado 4 de septiembre, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, visitó Quito para reunirse con el presidente de Ecuador, Daniel Noboa. Tras la reunión, el presidente expresó el interés de su gobierno por restablecer bases militares estadounidenses en territorio ecuatoriano. La última instalación de este tipo, la base de Manta, fue cerrada en 2009 por el expresidente Rafael Correa, en cumplimiento de la Constitución de 2008, que prohíbe bases militares extranjeras en el país.
El 3 de junio, la Asamblea Nacional aprobó la propuesta de Noboa, que implica una reforma constitucional que debe ser ratificada mediante referéndum, previsto para finales de 2025. La medida recibió el respaldo de 82 legisladores, mientras que 60 votaron en contra y seis se abstuvieron. El argumento oficial es que la presencia militar estadounidense contribuiría a reforzar la lucha contra el narcotráfico. Entre 1999 y 2009, periodo en que la base de Manta estuvo operativa, las incautaciones de drogas, según datos de las autoridades gubernamentales, experimentaron un incremento del 500%.
Noboa ha señalado esta experiencia como evidencia de que la "cooperación internacional" podría ser efectiva, mientras historiadores y analistas latinoamericanos, además de la propia oposición ecuatoriana, recuerdan que la intervención militar extranjera en la región, y en especial la estadounidense, ha tenido efectos nefastos, ya que ha derivado en una gran pérdida de autonomía y dependencia geopolítica. Ecuador se encuentra geográficamente entre Colombia y Perú, los principales productores mundiales de cocaína, lo que coloca al país en una posición geoestratégica clave para el tráfico internacional de estupefacientes.