"Una 'España vaciada' es hermana gemela de grandes incendios forestales"
El bombero forestal Sergio Fidalgo analiza la magnitud de los incendios, la despoblación rural y la falta de medios, planteando las posibles salidas que eviten una tragedia peor cada verano.

Sergio Fidalgo Lozano (León, 2000) trabaja como bombero forestal en ... Además de haber participado en dos campañas en cuadrillas de tierra (ROMEO), ha militado en diferentes agrupaciones desde los 15 años y actualmente es coordinador de la Stop Incendios del Noroeste Penisular. Esta plataforma, compuesta por varias asociaciones, colectivos sociales y profesionales, se constituyó en agosto de este año con el objetivo de paliar los efectos de los devastadores incendios que asolan las comarcas, reivindicar la supervivencia del medio rural, tomar las riendas de la custodia del territorio y pedir responsabilidades políticas y penales a los responsables de la catástrofe.
En esta conversación con Fidalgo, abordamos los incendios forestales desde múltiples ángulos: la comparación con otros veranos recientes y la influencia de factores como la falta de cuidados del monte o la despoblación rural en la propagación del fuego; las condiciones laborales de quienes lo combaten, la respuesta de las administraciones y la disponibilidad real de medios y apoyos en las tareas de extinción; el debate sobre los incendios provocados y las motivaciones que puedan esconderse tras ellos; la reacción de las comunidades rurales cuando el fuego amenaza sus pueblos; las consecuencias que dejan los grandes incendios sobre los territorios y sus habitantes, así como los usos posteriores de las tierras calcinadas. Finalmente, reflexiona sobre cuáles serían las medidas decisivas para evitar que estas catástrofes se repitan año tras año y qué perspectivas de futuro se vislumbran en la gestión del fuego y del medio rural.
¿Cómo describirías los incendios de este verano en comparación con los de otros años que te ha tocado vivir?
Han sido una catástrofe. No estábamos preparados desde el operativo para semejante escala de incendios, sobre todo por la cantidad de incendios de nivel 2 que hemos tenido aquí en Castilla y León, cosa que ya llevábamos anticipando durante años que esto iba a pasar. Hemos visto comportamientos de fuego con cambios de 5° generación de incendios —incendios fuera de capacidad de extinción— a los de 6° —fuera de capacidad de extinción y con su propia climatología—. Lo llevamos viendo ya a tiempo. Sobre todo se manifestaron bastantes comportamientos de sexta generación en la Sierra de la Culebra en 2022. Ahora hemos visto que no hemos tenido una Sierra de la Culebra, sino que hemos tenido diez Sierras de la Culebra, a la vez.
Por lo tanto, si ahí ya vimos que el operativo estaba colapsado y que el no estaba preparado para estas horas, ahora nos hemos encontrado que en vez de una hay diez, que en vez de un incendio como había de nivel 2 con la Sierra de la Culebra tuvimos días de tener 16 incendios de nivel 2. Sabemos que esto va a peor, cada año va a ir a peor. Las medidas, todo sonaba genial a nivel político a partir de lo de la Sierra de la Culebra: que nos iba a ayudar a todo el mundo, que esto iba a mejorar... Pero lo que hemos visto es que hasta la inversión en prevención se ha reducido.
Por lo tanto, hemos visto un desamparo total por parte de la clase política y estamos viendo que estamos en un modelo de operativo de incendios en Castilla y León que es imposible que funcione bien tal y como está funcionando a día de hoy.
¿Qué papel juega la falta de cuidados del monte y la despoblación en la rapidez con la que avanza un incendio?
Eso es crucial, ese es el punto número uno, y por eso hacemos mucho hincapié en la prevención. Estos incendios, como dice la famosa frase, se apagan en invierno, y es que es verdad. Castilla de León tiene una masa forestal enorme. Dentro de Castilla y León, en León y Zamora, que han sido lo más afectado, la masa forestal que hay aquí es increíble. Es una masa forestal salvaje que se ha dado a través del abandono rural, estéticamente preciosa, pero la intervención que hay que hacer aquí es una locura, son muchísimos años de falta de políticas de prevención que no son nada fáciles de suplir, ni siquiera de cara a los próximos diez años. Hay tanta masa forestal que es muy complicado empezar con todas las labores de prevención.
Pero claro, empezamos con errores básicos. El primero es el servicio de extinción y de prevención de incendios, mayoritariamente privatizado. Ahora mismo, este año creo que son 36 empresas las que tienen en total las cuadrillas, las helitransportadas y demás del operativo. Porque por la parte pública responden agentes medioambientales, técnicos de la Junta, los de las torretas, las autobombas y el personal que va dentro de las autobombas. Prácticamente el resto, es decir, cuadrillas terrestres, helitransportadas, nocturnas y demás, son empresas privadas.
"La masa forestal que hay en Castilla y León es increíble. Es una masa forestal salvaje que se ha dado a través del abandono rural"
El problema de estas empresas privadas es que van a la baja: se sacan a concurso las bases a las comarcas forestales, normalmente cada dos o tres años, y son a la baja. Por lo tanto, la precarización de los medios siempre va a estar ahí, porque es una empresa, tiene que mirar por sus beneficios e intenta quitar todos los gastos posibles. El problema que vemos con esto es que, al ser privatizado —y el modelo de privatización que hay aquí en Castilla y León—, es que simplemente funcionamos durante la campaña de verano. Más del 60% del operativo en invierno se va a la calle, y el problema de que el operativo se vaya a la calle es quién hace esas labores de prevención. Lo hacen estas empresas a través de otras cuadrillas, que ya no serían cuadrillas de incendios, sino cuadrillas de montes. Pero claro, esas cuadrillas de montes o, por lo menos, las licitaciones que saca la Junta de Castilla y León, no quieren coger licitaciones de prevención; prefieren coger licitaciones de producción, es decir, una poda de un pinar productivo, una plantación de un encinar que va a ser también para producción de un robledal... Prefieren coger ese tipo de obras, por lo tanto, las obras de prevención, las pocas que salen, no se llevan a cabo y los pocos que hacen prevención son las pocas cuadrillas, el poco personal de cuadrillas que queda en invierno. Por lo tanto, tendríamos que estar todo el año trabajando, haciendo formación en verano y prevención en invierno.
"La precarización de los medios siempre va a estar ahí, porque es una empresa, tiene que mirar por sus beneficios y al final intenta quitar todos los gastos posibles"
En verano, las cuadrillas de tierra en Castilla y León hacemos labores elvícolas, trabajamos en el monte, que eso es una cosa que la gente no conoce mucho. Cuando no estamos en incendios estamos con la motosierra, en el monte, haciendo pinares, haciendo fajas de prevención de incendios y demás. Pero claro, esas son labores que tenemos que hacer en invierno, no en verano. En verano lo que tenemos que estar haciendo es formación, porque para ser bombero forestal en Castilla y León tenemos la categoría de peón especialista, no la de bombero. Solamente necesitas un curso que se llama el CUA.0: 16 horas; 8 teóricas y 8 prácticas. Y con eso vas para los fuegos.
¿Cómo son las condiciones laborales?
Existe un gran problema con la falta de profesionalización y falta de estabilidad, porque te marchas a la calle cuando termina la campaña. Si tienes suerte te quedas en una empresa que te va a estar maltratando, empezando por la falta de categoría: peones especialistas que cobramos el salario mínimo; salario mínimo más pluses. Los pluses son por peligrosidad: 2 euros la hora, y solamente por apagar incendios. Yo si estoy con una motosierra en el monte no cobro peligrosidad, y muchas veces es más peligroso trabajar con la motosierra que un incendio. El plus son 2,20 euros máximo, lo que rondamos cobrando en pluses es entre 1,6 y 2 euros por hora, y nocturnidad, también 2 euros. Si nos quedamos haciendo horas extras y las horas nocturnas, a mayores, se pagan simplemente 2 euros la hora.
Los trabajadores que estamos en incendios tenemos que tener la categoría de bombero forestal, que ya está reconocida en la Ley de Bomberos Forestales del día 8 de noviembre del 2024. Prácticamente en ningún lado se ha cedido esa categoría, ninguna comunidad nos ha dado la categoría a los trabajadores. Tenemos que formar parte del sector público, tenemos que trabajar para la Junta, porque no puede ser que un servicio de emergencias esté privatizado.
¿Cómo valoras la respuesta de las administraciones? ¿Dónde notas más las carencias?
Las carencias principales se sitúan en dos vertientes: el dispositivo de extinción y prevención por un lado, y las condiciones laborales y el personal por otro. Como decíamos, tenemos que tener trabajo todo el año, sobre todo formación. No puede ser que con 16 horas de cursillo vayas a unirte. Eso por una parte. Y que se elaboren, en base a todo eso, muchísimos más planes de prevención, porque dinero sobra. Europa estaba mandando paquetes y cuando no se gasta el dinero de un paquete europeo hay que devolverlo. Castilla y León en el año 2023 devolvió el 56% de los fondos destinados a prevención de incendios, que no se gastan. Que no me vengan a decir que no hay dinero, porque lo hay, lo que hace falta es valor.
También hay que dejar a la gente de los montes que intervenga en sus montes. Hay que volver a tener una gestión comunal, que la gente pueda volver a intervenir. Que un chaval que quiera meterse a ganadero no tenga que coger 40 cabras, que es lo que pasa, por ejemplo, en Castilla y León. Si quiero formalizarme como ganadero de cabras tengo que tener 40. Si no sé manejar una, ¿cómo voy a manejar 40? Pues que dejen, como siempre se ha hecho con esas labores, de manera natural y autóctona. Esas labores se las tienen que dejar otra vez a los pueblos, tener mayor autogestión de sus propios montes, que son ellos los que viven allí y los conocen. Apoyar a que no haya una desruralización y evitar que nos quedemos con una España vaciada, porque una España vaciada va a ser, y de hecho es, hermana gemela de grandes incendios forestales. Si la España vaciada no está vaciada y está autogestionada por su gente, entonces podemos atajar el problema de los incendios de una manera mucho más sencilla.
Muchos ayuntamientos también tienen responsabilidad directa. La gran mayoría de ayuntamientos no han tenido ni plan de emergencias, y tampoco han hecho las actuaciones pertinentes en el monte. De esto se habla poco porque los ayuntamientos han sido muy afectados por los incendios, ha habido pueblos quemados. Los montes pertenecen a la mayoría: aquí en León son montes comunales, son montes que pertenecen a un organismo llamado Junta Vecinal, que eran los antiguos Concellus. Hoy por hoy, un agricultor que quiere hacer una limpieza de una parcela de monte que no sea suya, simplemente para prevención, tiene que hacer una cantidad increíble de papeles. Pero a un ayuntamiento le es mucho más fácil, y en cambio han escurrido mucho el bulto durante mucho tiempo, y así están los montes.
"También hay que dejar a la gente de los montes que intervenga en sus montes. Hay que volver a tener una gestión comunal"
En eso también hay que tener las responsabilidades claras. Es es verdad que es terrible que se te queme el pueblo, pero si hubieses hecho el trabajo como lo tenías que hacer, posiblemente no se te hubiese quemado el pueblo. El pobre paisano del pueblo que quiere limpiar, que lo haga, y por eso digo que se le tiene que dejar más a la gente participar en sus montes. Si quieres sacar adelante una corta, una limpieza, unas suertes que se llama aquí —que es lo de ir podando a las encinas para llevarte la leña sobrante—, es una odisea a nivel de burocracia. Nos encontramos con un sector de población muy envejecido que no puede hacer ese tipo de cosas. Ya bastante que quiere subir al monte, seguir trabajando con 80 años, para encima tener que meterle tres días de burocracia. Tienen que dejar que la gente intervenga en sus montes, favorecer al sector primario y la ganadería extensiva, que es lo que limpia el monte.
Por poner un ejemplo, imaginemos que a los bomberos forestales nos dan la categoría, trabajamos todo el año, todo genial —una utopía—, y en vez de ser, 1.000 somos 100.000. Digo de verdad que ni con esas alcanzamos a hacer las labores de prevención de todo el monte, porque el rendimiento de una cuadrilla en prevención normalmente es a una hectárea o hectárea y media diaria. Estamos hablando de miles y miles, millones en Castilla y León. Eso lo hace el ganado.
Nosotros sí que podemos hacer las labores de prevención de caminos, fajas, cortafuegos, todo ese tipo de cosas, pero aún así es tan grande que no llegamos, por lo tanto también tenemos que ser más. No solamente tener esas condiciones y hacer esas labores de prevención en invierno, sino que también tenemos que ser más, porque no vamos a dar abasto igualmente. Pero el tema de dejar intervenir a la gente en los pueblos y de que se le facilite la ganadería extensiva es fundamental.

¿Y a la hora de apagar un incendio? ¿Sientes que contáis con los recursos y apoyos necesarios?
Aquí hay dos cuestiones. La primera son los recursos necesarios, que no hay. Hay recursos necesarios para sofocar aquí, en Castilla y León, aún siendo el sistema de extinción de incendios más precario de España, porque somos de los más eficientes. Esto es porque gran parte de la gente que trabaja aquí es gente de monte, y los cuatro gatos que aguantamos allí trabajando lo hacemos porque es nuestra vida, porque por condiciones laborales, como puedes saber, no es. Aquí los que estamos es porque lo adoramos. Y más del 90% de los incendios quedan en conatos, así que sí que es eficiente.
Sin embargo, nos llevamos dando cuenta desde hace tiempo que en el momento en el que un incendio se complica, ahí nos faltan medios. Y no solamente que nos falten medios, sino que el modelo de extinción está sumamente envejecido. No podemos seguir con modelos de extinción de incendios de los años 80 y 90, estos son incendios del año 2025. A esto le sumamos la falta de medios y la falta de profesionalización de los bomberos —solamente tenemos un curso de 16 horas y el resto lo aprendemos en el fuego y por lo que nos dicen nuestros compañeros —, y lo que te da es esto.
"Nos llevamos dando cuenta desde hace tiempo que en el momento en el que un incendio se complica, ahí nos faltan medios. Y no solamente que nos falte medios, sino que el modelo de extinción está sumamente envejecido"
Son incendios brutales, los cuales, como no atajes, como tengas la mala suerte de que no lo puedas atajar rápido, se te complique... Si tienes uno, bueno; si tienes dos, complicado; como tengas tres ya está colapsado todo el sistema. Y el colapso es una cosa que ha conllevado gran parte de la problemática que hemos tenido, porque ha habido cuadrillas paradas cuando había pueblos quemándose.Eso es una cosa que no se puede permitir, que por culpa de que el centro provincial de mando esté colapsado tenga más de cuatro, cinco o seis cuadrillas paradas, y que haya monte quemándose sin saber a dónde mandar porque ni siquiera saben dónde están los medios, y eso que estamos geolocalizados. Los técnicos, algunos saben hacer muy bien su trabajo, otros no.
Al igual que los agentes medioambientales en los incendios son jefes de extinción —que ahí también partimos de una base de que el monte no está nada especializado, es decir, un peón forestal hace de todo—, los agentes medioambientales también hacen de todo, desde caza, pesca, servicultura, incendios, todo. Aquí lo que sucede es que si, como a mí se me ha presentado, tienes a una persona que se dedica a recoger animales heridos durante toda su vida y a llevarlos al centro de recuperación, y de repente lo mandas a un fuego... Ese tío es el jefe de extinción del incendio y no tiene ni idea de incendios.
Pero eso es responsabilidad suya, que eso es lo que nosotros también decimos. Tú sabes que estás trabajando en León, estás trabajando en Zamora, sabes que aquí se quema. León, Zamora, Ourense y Lugo son los sitios que más se queman de Europa. Por lo tanto, sabemos que aquí hay fuegos. Que no te hayas reinventado, que no sepas de incendios, es tu culpa. Sí que es verdad que la Junta tendría que ponerles más medios, más cursos, más cosas, pero algunos ni siquiera se han quejado de eso.
Por lo tanto, nos encontramos que a nivel técnico hay mucho incompetente, y a eso le sumamos que no llegan medios suficientes. ¿Pero de qué me sirve que haya medios suficientes, en el caso de que los haya, cuando ya ha venido gente de fuera, si los medios están parados? En mi caso, este año no he hecho campaña de incendios porque estaba en entrevistas, divulgación y elaborando un informe de negligencias. Pero cuando he subido al monte a apagar como voluntario con cuadrillas de bomberos forestales profesionales y con permiso directo del CECOPI, nosotros subimos a un incendio y dijimos que había que hacer un contrafuego para parar una loma, que estaba muy tranquila pero había que meter un contra, simplemente solicitamos dos autobombas. Nos dijeron que no estaban disponibles, a la que bajamos había seis autobombas paradas en la parte de abajo del pueblo. Como no se hizo el contrafuego por la noche, se saltó cuando nosotros no estábamos. El 3 de junio estuve en esa misma zona otra vez: tres montañas que se habían quemado enteras no tenían por qué haberse quemado.
Hace falta muchísima más coordinación y hace falta que los técnicos sepan de lo que están trabajando, porque muchos no saben ni de lo que están trabajando.
Últimamente se habla mucho sobre incendios provocados. ¿Percibís patrones o motivaciones en el terreno que vayan más allá de los "pirómanos aislados"?
Nosotros hacemos una diferenciación entre pirómano e incendiario. La piromanía es una enfermedad, y está catalogado que más o menos son solamente el 0,02% de los provocados. Por lo tanto, pirómanos, como índice, prácticamente no existen; son incendiarios.
Incendiarios, hay tantos motivos como incendiarios, los tienes de todos los tipos. Nosotros convivimos en el mundo rural, somos parte del mundo rural, vivimos en los pueblos, sabemos cómo funcionan las cosas en los pueblos, ya puedes encontrar mil motivos: alguien que quema una braña —una braña son unos pastos de ganado que históricamente se han quemado para generar pasto— porque quiere tener pasto fresco para su ganado para el año siguiente, otro le quema al pueblo de al lado para joderle las fiestas, el otro le quema al otro las fincas para intentar quemar los frutales porque tuvo una discusión con él en el bar... Motivos hay muchos, pero al final esos motivos son lo de menos, porque si hubiese un buen sistema de prevención y un buen sistema de extinción daba igual que fuera por rayo, por un accidente de una máquina o porque una persona quisiera prender, se atajarían de una manera mucho más eficiente.
Por eso nosotros no nos centramos en el motivo. ¿Porque a mí qué más me da que me lo haya aprendido un rayo, que me lo haya prendido una máquina, que un paisano? Me da igual, el fuego está. Por lo tanto, tenemos que ir a atajarlo y y para atajarlo hay que hacer una reestructuración de todo el operativo, tanto de prevención como de extinción, enorme. Sobre todo porque con estas pequeñas empresas todo esto es un negocio. Bien es sabido que un euro en prevención son nueve en extinción. Entendemos que a las empresas les sale rentable que haya estos fuegos. A la Junta de Castilla y León también, a la gente que esté a nivel directivo le puede rentar por temas de llevar fondos: "El monte y el rural es eternamente olvidado", "aquí no me da ni dios"... Hay una cantidad tremenda de corrupción con este tipo de cosas.
"Con estas pequeñas empresas todo esto es un negocio. Bien es sabido que un euro en prevención son nueve en extinción. Entendemos que a las empresas les sale rentable que haya estos fuegos"
Pero en sí, el motivo por el que se origina el fuego es algo, no secundario, sino terciario. El problema que tenemos es que, en el momento en el que se nos complican un par de incendios, no tenemos medios ni físicos ni personales para atajarlos.
¿Cómo reaccionan los pueblos cuando llega el fuego? ¿Notáis diferencias entre comunidades más pobladas y otras muy envejecidas o vaciadas? ¿Y entre comunidades más o menos organizadas?
León es una zona donde la autosuficiencia ha sido siempre la punta de lanza de la provincia. Históricamente ha habido mucha autosuficiencia porque es una zona muy limitada por los ríos. Hay muchísimos, y antaño cruzar un río era muy complicado. Por lo tanto, la diferencia entre los valles es muy notoria. Por regla general, aquí la gente ha intervenido muchísimo en sus montes.
En el primer momento, aquí hay una cosa que además es tradición, que se llama tocar arrebato. Y es que, por desgracia, hemos tenido que ver eso. Hemos visto cómo pueblos han tocado arrebato y han llamado a sus gentes para salir a apagar incendios, cosa que no tendría que suceder. O por lo menos, si eso sucede, que esté recogido en un plan de emergencias en el cual se le diga a cada ciudadano cuál es su labor hasta que lleguen los medios de extinción. Eso es una cosa que tendrían que tener todos los ayuntamientos, cosa que te puedo decir que más del 90% no lo tiene.
La gente ha salido como ha podido. Igual es mejor parar un minuto, prepararse, ponerte un pantalón largo, unas botas de cuero, una manga larga, coger una braga y salir. Veías que mucha gente salía en pantalones cortos y sandalias, porque es normal. Pero para eso hay una responsabilidad de los ayuntamientos de decir: "Oye, en el caso de que nos pase esto tenemos que actuar de esta manera". La gran mayoría de pueblos se han salvado gracias a su gente, como ha sido toda la vida, pero es que no tendría que ser así.
"La gente es muy brava, ha dado una demostración de heroicidad que no tendrían que haber dado; no tendrían que haber sido héroes de sus propios montes, si esto funcionase bien"
La gente es muy brava, ha dado una demostración de heroicidad que no tendrían que haber dado. No tendrían que haber sido héroes de sus propios montes, si esto funcionase bien. El tema de voluntarios ha sido tremendo: gente de los propios pueblos que les echaban, entraban otra vez por caminos de tierra para volver a intentar extinguir las llamas, para proteger sus viviendas. Hay que ver la eficiencia que ha habido, porque gran parte de los pueblos, como pasó en Médulas, se han quemado porque no se le permitía a su gente estar allí. Hay mucho incendio que se ha parado en los pueblos, lo he visto con mis propios ojos.
Después de un gran incendio, ¿qué suele pasar con estos territorios y con la gente que los habita? ¿Se abandona más, se pierde actividad o existen intentos de recuperación?¿Qué función se les da a esos terrenos que se queman?
No nos hemos visto en una de estas tan grande en la vida, porque esto es un antes y un después en la historia de los incendios. Nosotros lo que hemos visto es que lo que se ha quemado es la zona rural, lo que ahora llaman la España vaciada, aunque odio el término. La mayoría de la población que compone la España vaciada es población envejecida. Conozco gente de la Baldoria, por ejemplo, de toda la zona que se quemó de León, de Palacios de Jomuz y toda esa zona. ¿Tú te crees que una persona de 70, 80, 90 años, va a tener ganas ahora de volver a construir su casa para lo poco que le queda? Va a intentar recuperar sus tierras, pero la gente tiene una decepción brutal.
Sí que es verdad que entre los cuatro locos jóvenes que queremos quedarnos en los pueblos hay una intención de volver otra vez a recuperar lo perdido, porque al final a nosotros nos quedan muchos años de vida, queda mucho tiempo y hay que recomponerse. Pero claro, hay un problema: la masa forestal que se ha quemado es muy grande. La industria primaria, como la apicultura y la ganadería, ha sufrido un impacto muy gordo, pero poco a poco se puede recuperar.
Sin embargo, el problema principal que estamos viendo son las masas forestales. Ahora hay que hacer un plan de recuperación exquisito de las masas forestales, y ya no solamente recuperación de esas masas, sino de pérdida de suelo y demás. La pérdida de suelo es una catástrofe: ahora mismo empieza a llover y se genera escorrentía. Hace que las labores de recuperación de hábitat se alarguen 10, 15, 20 años o más, porque tienes que volver a generar suelo. Por lo tanto, la Junta de Castilla y León tendría que haberse puesto ya a hacer tareas de recuperación de suelo. ¿Quién estamos viendo que está haciendo la recuperación de suelo? Cuadrillas de voluntarios.
"La pérdida de suelo es una catástrofe: ahora mismo empieza a llover y se genera escorrentía. Hace que las labores de recuperación de hábitat se alarguen 10, 15, 20 años o más, porque tienes que volver a generar suelo"
Entonces, la gente joven quiere recuperar las cosas, sí, pero tiene que haber una intervención mayoritaria por parte de la Junta para la recuperación, y sobre todo una cosa, ya sabe la gente que sabe: preguntar a expertos, preguntar a botánicos, preguntar a ingenieros de montes, preguntar al rural, y no hacerlo desde un despacho.
También hay que saber lo que se ha perdido. Partimos del problema de que solo en Castilla y León hay un 13% de masa forestal ordenada, con ordenación forestal. En la gran mayoría de los montes a nivel de papel ni siquiera se sabe lo que hay. Entonces, si no sabías lo que había, ¿qué vas a poner? ¿Vamos a volver a las masas de pino de producción? No se puede permitir eso.
Hay que intentar una pequeña marcha atrás, también dejar que esos montes se regulen solos un poco, pero con mucho cuidado. Con una intervención natural que hay que hacer, junto con una elaboración y de prevención. Pero sobre todo, hay que contactar con la gente de los pueblos y que ellos también sean partícipes de esas labores de recuperación.
¿Qué crees que sería decisivo para que estas catástrofes no se repitan cada verano?
Resumiendo todo lo mencionado, tiene que haber una actualización completa, no solo del operativo y de todo lo que sabíamos sobre los incendios, sino sobre todo del rural español y de la intervención que éste tiene en sus montes en su conjunto. También hace falta una prevención de invierno, tanto a nivel del servicio profesional como a nivel de las gentes de los pueblos. Si no nos anticipamos, nos vamos a encontrar que esto va a peor.
¿Cuáles son las perspectivas de futuro?
Si no se toman las medidas adecuadas, nos vamos a encontrar que esto va a peor, si es que lo sabemos. Cada vez más incendios van a tener comportamientos de 6° generación, hasta que al final sean incendios puramente de 6° generación, que es un incendio fuera de capacidad de extinción y que genera su propio clima. Es lo peor que se puede generar en un incendio, que no te puedes fiar ni de la meteorología.
Ahora, en vez de tener un incendio, hemos tenido 16. Pues en vez de 16 tendremos 34, y así sucesivamente hasta que tengamos 150. Va a haber un momento donde no haga falta operativo, no habrá gente en los pueblos, se va a quemar todo y eso va a producir una desertificación increíble a nivel nacional...
Como esto no cambie, gran parte de los bosques se van a perder. No van a tener capacidad de recuperación, porque mientras más brutos sean estos incendios y mayor el número de incendios, peores y más complicadas van a ser las labores de reestabilización de esos terrenos y del sector económico de esos lugares. Esto va a traer un éxodo rural masivo a las ciudades y una España completamente desertificada por culpa de los fuegos, sumado al calentamiento global, la falta de polinizadores, etc.
"Va a haber un momento donde no haga falta operativo, no habrá gente en los pueblos, se va a quemar todo y eso va a producir una desertificación increíble a nivel nacional"
Igual que sabíamos que los incendios iban a ser cada vez más grandes y que estarían fuera de capacidad de extinción, y lo estamos viendo, sabemos que va a haber un momento en el que los impactos de los incendios sean tan sumamente grandes, sobre todo como empiecen en la parte sur de España, que la desertificación va a ser... increíble.