Fallo en pulseras "antimaltrato" provoca absoluciones y pérdida de pruebas en casos de violencia machista
Un error en el sistema Cometa durante la transición entre empresas gestoras dejó sin datos anteriores a marzo de 2024, afectando a miles de dispositivos y a la protección judicial de víctimas.

El sistema Cometa, encargado del seguimiento telemático de pulseras antimaltrato en el Estado español, sufrió un fallo informático durante su transición de gestión que afectó la migración de datos entre Telefónica y la UTE formada por Vodafone y Securitas. Este "error" provocó que los movimientos de los agresores registrados antes del 20 de marzo de 2024 no estuvieran disponibles para los órganos judiciales, según consta en la memoria anual de la Fiscalía General del Estado.
La pérdida de esta información ha tenido consecuencias directas graves en los procesos penales, generando numerosas absoluciones y sobreseimientos provisionales por falta de pruebas cruciales para acreditar quebrantamientos de órdenes de alejamiento, según confiesa la propia Fiscalía General del Estado.
En el Estado español hay aproximadamente 4.500 pulseras activas y, aunque no se ha confirmado cuántas se vieron afectadas, la Fiscalía advierte que esta “anomalía” supuso “una potencial desprotección de las víctimas”, dificultando la persecución judicial de agresores y dejando en libertad a varios denunciados.
A pesar de ello, las autoridades ministeriales minimizan el impacto, afirmando que el fallo fue “puntual” y que "no se han registrado incidentes en 2025". La ministra de Igualdad, Ana Redondo, negó también que estas pulseras fueran adquiridas en plataformas externas, desestimando acusaciones previas.
Este fallo ha provocado fuertes críticas políticas y sociales, apuntando a una grave negligencia en la protección a las víctimas de violencia machista. Organismos judiciales recuerdan que el sistema Cometa es un "instrumento clave" para garantizar la seguridad de las mujeres y alertan a la sociedad sobre la potencial desprotección causada por la gestión deficiente y la falta de diligencia en la transición tecnológica, que varios observadores califican de "chapucera".