México enfrenta grave escasez de medicamentos en hospitales públicos
Pacientes y médicos denuncian falta de tratamientos esenciales, mientras el Gobierno asegura que "la crisis está controlada"; la situación aumenta la desigualdad en el acceso a la salud.

Miles de pacientes y profesionales de la salud en México están enfrentando una profunda crisis de desabastecimiento de medicamentos en el sistema público. Entre los fármacos más afectados están desde medicamentos básicos como paracetamol hasta tratamientos especializados para enfermedades crónicas y oncológicas, lo que ha generado interrupciones de tratamientos, suspensión de cirugías y deterioro en la salud de la población que depende del Seguro Social y otras instituciones públicas.
La situación afecta a hospitales pertenecientes al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ISSSTE y unidades estatales, donde la falta de insumos ha obligado a los médicos a racionar medicamentos, improvisar y sugerir a los pacientes comprar por su cuenta, una opción inaccesible para muchos. Los reportes detallan faltantes de insulina, antihipertensivos, antibióticos y analgésicos, lo que muestra un fallo sistémico que persiste pese a planes gubernamentales que prometían resolverlo.
El Gobierno mexicano ha defendido públicamente la gestión, responsabilizando a las farmacéuticas y asegurando "un abasto cercano al 100%". El Ejecutivo de Claudia Sheinbaum afirma que "se está incrementando la recepción de medicamentos" gracias a nuevas estrategias de compra directa con laboratorios y mejoras en la logística.
Sin embargo, tanto usuarios como profesionales denuncian una brecha entre las cifras oficiales y la realidad cotidiana, donde las carencias persisten hacía diversas regiones y sectores sociales empobrecidos del país latinoamericano.
Especialistas y colectivos afectados exigen mayor transparencia, que se integren expertos en salud en la toma de decisiones y que se implemente un control más efectivo de las disponibilidades, con registros públicos y actualizados en tiempo real para evitar recorridos innecesarios y mejorar el acceso a tratamientos.
La crisis farmacéutica en México pone en evidencia la desigualdad estructural del sistema de salud y representa un problema urgente para garantizar el derecho fundamental a la salud en el tercer país más poblado de América.