Georgia acusa a cinco líderes opositores de intento de golpe tras protestas en Tiblisi
Les acusa de conspirar para derrocar al Gobierno tras las elecciones municipales del 4 de octubre, marcadas por la pausa de su integración en la UE.

El día 6 de octubre, los fiscales georgianos presentaron cargos contra cinco figuras clave de la oposición por intento de derrocamiento del Gobierno, en respuesta a las protestas masivas ocurridas el día anterior en Tbilisi, la capital, tras las elecciones municipales. Los imputados, identificados como Paata Burchuladze —un reconocido cantante de ópera y activista—, Murtaz Zodelava del Movimiento Nacional Unido (UNM), Irakli Nadiradze (también de UNM), Paata Manjgaladze del partido Estrategia Aghmashenebeli y el coronel retirado Lasha Beridze, enfrentan penas de hasta nueve años de prisión por "llamados a alterar violentamente el orden constitucional" y "participación en violencia grupal", según el Ministerio del Interior de Georgia. El arresto de Burchuladze se produjo tras un intento fallido de los manifestantes de ingresar al Palacio Orbeliani, la residencia presidencial, minutos antes del cierre de las urnas el 4 de octubre, según reportes del medio georgiano Formula News.
Las protestas reunieron a decenas de miles de personas en la capital de Georgia, un pequeño país de apenas 3,7 millones de habitantes, en un evento organizado por el Comité de Protestas del 4 de Octubre. Aunque la mayoría de los bloques opositores boicotearon las elecciones municipales, un grupo menor de manifestantes avanzó hacia el palacio presidencial, donde la policía antidisturbios respondió con gas lacrimógeno, cañones de agua y balas de goma, resultando en 13 detenciones iniciales y al menos seis manifestantes heridos, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Georgia. El primer ministro Irakli Kobakhidze calificó el incidente como un "intento de golpe" el 5 de octubre, prometiendo más arrestos y acusando a "fuerzas externas" de orquestar enfrentamientos, en un contexto de protestas ininterrumpidas desde las controvertidas elecciones parlamentarias de octubre de 2024.
¿Un Maidán en el Cáucaso?
Los resultados preliminares de la Comisión Central Electoral de Georgia, divulgados el 5 de octubre, indicaron que el partido gobernante Sueño Georgiano obtuvo la mayoría en los 64 municipios del país, con más del 80% de los votos en consejos municipales y victorias abrumadoras en alcaldías, incluyendo el 71,58% para Kakha Kaladze en Tbilisi. Estos comicios, los primeros de envergadura desde la paralización de la candidatura de Georgia a la Unión Europea en diciembre de 2024, se desarrollaron en un ambiente de protestas y detenciones, con al menos 60 opositores, periodistas y activistas encarcelados en el último año.
El Servicio de Seguridad Estatal reportó el 5 de octubre el hallazgo de un alijo de armas, municiones y explosivos en un escondite forestal cerca de Tbilisi, supuestamente adquirido por un nacional georgiano bajo instrucciones de un combatiente en las fuerzas ucranianas, lo que el gobierno vinculó a "planes subversivos".
La crisis política en Georgia, exacerbada por las protestas nocturnas que bloquean la avenida Rustaveli desde hace más de un año, muestra las divisiones profundas sobre la orientación geopolítica del país: la oposición acusa a 'Sueño Georgiano' de "autoritarismo" y "deriva pro-Moscú". El partido está controlado por el multimillonario Bidzina Ivanishvili, sancionado por EE.UU. por "relaciones con Rusia".
Sin embargo, la realidad política sobre el terreno es algo más compleja. El partido defiende su postura como "un equilibrio entre la aspiración europea a largo plazo y la preservación de la paz con Rusia y valores ortodoxos tradicionales". Reacciones internacionales a la victoria de 'Sueño Georgiano' incluyen la condena de la vicepresidenta de la Comisión Europea, Kaja Kallas y el elogio de Leonid Slutsky, presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Duma rusa.