En la madrugada del 14 de octubre en Castel D’Azzano, provincia de Verona (Italia), una explosión durante un desalojo ha sacudido la intervención policial-militar. Tres hermanos agricultores y ganaderos con hipotecas de 60 y 65 años, con problemas económicos y múltiples deudas e hipotecas, habrían saturado la vivienda con bombonas de gas, las cuales detonarían al abrirse la puerta de entrada, provocando el derrumbe completo. Tres carabinieri han perdido la vida y otros 11 carabinieri, 3 policías del Estado y un bombero han resultado heridos, la mayoría con heridas graves pero estabilizados, según detallan fuentes judiciales y policiales consultadas por Corriere della Sera.

Los ocupantes del inmueble —Franco, Dino y Maria Luisa Ramponi—, resistían el desalojo desde hace años. Ya en octubre de 2024, para impedir un intento de desalojo anterior, habían saturado el caserón con gas y amenazado con autoinmolarse. Los hermanos han sido detenidos con cargos de "homicidio premeditado" mientras algunos sufren quemaduras y reciben atención médica después de la deflagración, que se habría oído a 5km de distancia. Dino y Maria Luisa han sido detenidos inmediatamente, mientras Franco ha huido inicialmente, siendo arrestado poco después.

El desalojo fue planificado tras reiteradas amenazas de las autoridades, ante las cuales los tres hermanos respondían con amenazas de hacer volar en inmueble. La operación ha contado con efectivos especiales y "unidades antiterroristas" para garantizar la seguridad, que no han podido impedir la voladura de la vivienda. La situación vuelve a poner sobre la mesa las condiciones de precariedad y despojo que llevan a algunas personas tomar acciones desesperadas ante los desahucios.