Eman Akram, alumna de 17 años de Bachillerato Internacional en el instituto Sagasta de Logroño (La Rioja), presentó este miércoles 11.000 firmas ante la Consejería de Educación de La Rioja para exigir la retirada de la norma que impide asistir a clase con velo islámico. La joven, que cursa en el único centro de la región que imparte esta modalidad, denunció una situación “humillante y vergonzosa” tras ser obligada a retirarse el velo para poder continuar sus estudios. “Esto no es laicidad. España es democrática y tiene una Constitución que hay que cumplir”, declaró en su comparecencia pública con el hiyab puesto, una kufiya palestina y de espaldas a las cámaras.

El reglamento de organización y funcionamiento aprobado por el Consejo Escolar del IES Sagasta prohíbe “cualquier prenda que cubra la cabeza del alumnado”, incluyendo gorras o capuchas, pero sin mención explícita al velo islámico. La dirección del centro defiende su aplicación “con carácter general”, mientras que la Consejería de Educación del Ejecutivo riojano —dirigida por el Partido Popular— ha asegurado que la norma “se ajusta a derecho” y “respeta la autonomía de los centros educativos”. El respaldo institucional a la norma ha generado críticas entre asociaciones musulmanas y organizaciones antirracistas, que califican la decisión de “discriminatoria y contraria a la libertad de culto”.

Un informe jurídico de la Universidad de La Rioja concluye que la prohibición del velo puede vulnerar el derecho a la educación y generar efectos psicológicos y sociales negativos, como estigmatización o exclusión. También señala que el reglamento del instituto —al no basarse en una norma estatal que respalde su restricción— no puede limitar derechos fundamentales. Akram, que quiere estudiar Derecho, ha anunciado que continuará su reclamación por vías institucionales y jurídicas para revertir una medida que “obliga a elegir entre educación y libertad”.