El comandante Hugo Chávez Frías, expresidente de Venezuela fallecido en 2013, pronosticó años atrás la situación de tensión que enfrenta el país actualmente por amenazas de invasión por parte de EE.UU. El líder bolivariano aseguró que disponía inteligencia proveniente de "sectores que no son realmente aliados, sino gente seria preocupada", que advertían de una hipotética operación urdida desde el Pentágono. Este plan se basaría en una falsa acusación de narcotráfico contra el presidente venezolano en persona. “Eso viene aproximándose”, advertía en sus declaraciones ante las cámaras de televisión del programa Aló Presidente en marzo de 2005.

Al expresidente venezolano le habrían advertido que le aplicarían “la fórmula Noriega”, en referencia al jefe de Estado panameño Manuel Noriega, destituido por la fuerza tras mostrarse cada vez más independiente y contradictorio respecto a los intereses estadounidenses, especialmente al declarar el estado de guerra contra EE.UU. Tras la muerte de un soldado estadounidense en un control panameño, la Casa Blanca lanzó la Operación Causa Justa, ordenada por el presidente George H. W. Bush el 20 de diciembre de 1989. Noriega, acusado de "vínculos con el narcotráfico", fue arrestado y extraditado en aquella intervención militar.

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Documentos y testimonios que han surgido en los últimos años, incluyendo informes de la DEA y testigos protegidos, han tratado de vincular al entorno del chavismo y a altos mandos militares con redes de tráfico de drogas conocidas como el “Cartel de los Soles”, aunque el Gobierno de Venezuela siempre ha negado estas acusaciones y las califica de campañas para desestabilizar su gobierno.

Como consecuencia de estas campañas, Chávez rompió relaciones en 2005 con la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos, denunciando que esta agencia utilizaba la supuesta "lucha contra las drogas" para actos de injerencia política imperialista. Testimonios de exfuncionarios y documentos judiciales posteriores han confirmado que desde entonces se ha desplegado una narrativa y operación internacional para imputar a Caracas con la colaboración en el tráfico de cocaína, aunque organismos internacionales como la ONU han advertido que el tráfico de cocaína vía Venezuela no es significativo.

Este contexto y esta hemeroteca permiten comprender que esta campaña estadounidense contra la República Bolivariana se remonta años atrás, siguiendo el mismo patrón de instrumentalización de la "lucha contra las drogas" como casus belli contra otros países latinoamericanos que han sido intervenidos militarmente cuando sus gobiernos contradicen los intereses de Washington.