La Junta de Castilla y León despide al 30% del operativo antiincendios
Tras uno de los peores veranos de su historia, con 140.000 hectáreas calcinadas, el PP califica el dispositivo de "despilfarro". Bomberos forestales denuncian precariedad laboral y la pérdida de un tercio del personal.

El pasado viernes, la Junta de Castilla y León despidió al 30% del operativo antiincendios. El consejero de Presidencia, Luis Miguel González Gago, ha calificado como "despilfarro" y "absurdidad" mantener dispositivos de gran tamaño en momentos en que, según su criterio, "la adaptación a las condiciones actuales no lo justifica". Esta reducción supone menos efectivos y medios disponibles en una comunidad con una de las mayores masas forestales del Estado español, donde la prevención y extinción ya sufrían severos recortes en la última década.
La medida aumenta el riesgo de incidentes descontrolados y dificulta las labores de extinción. Reduce también la posibilidad de relevos y descanso para el personal operativo, que durante los meses anteriores ha trabajado durante jornadas extenuantes y bajo condiciones pésimas.
El verano de 2025 ha sido uno de los más intensos y devastadores en la historia reciente de Castilla y León, con al menos quince grandes incendios simultáneos que han consumido más de 140.000 hectáreas de bosques y terrenos rurales. La región sufrió incendios especialmente graves en provincias como León, Zamora, y Ávila, con daños significativos en zonas naturales de gran valor ecológico. Los operativos han estado sobrepasados, con jornadas laborales excesivamente largas y personal agotado, lo que evidenció la falta de prevención y la infrafinanciación de políticas de gestión forestal.
En este contexto, el despido masivo no solo genera preocupación por la seguridad ambiental inmediata, sino que también cuestiona la capacidad institucional para afrontar la creciente amenaza por el cambio climático, la despoblación y la ampliación de las temporadas de peligro extremo de incendio.