Los privilegios penitenciarios de Sarkozy en La Santé
El expresidente francés cuenta con mejores condiciones que el resto de presos: "celda VIP" privada, línea telefónica y tres visitas por semana.

El expresidente del Gobierno francés Nicolas Sarkozy ingresó el pasado martes en la prisión de La Santé, en el centro de París, para cumplir una condena de un año de prisión efectiva por corrupción y tráfico de influencias en el conocido como caso de las escuchas. Es el primer jefe de Estado de la V República francesa en ingresar en un centro penitenciario.
Según citan medios galos como Le Monde y Le Parisien, Sarkozy permanece aislado del resto de los reclusos en un módulo especial, reservado a "internos de alto perfil" o con "necesidades de seguridad específicas". Su celda individual cuenta con ducha privada, escritorio, televisión y un teléfono sometido a control, unas condiciones poco habituales en el sistema penitenciario francés, concebido en parte por el propio Sarkozy durante su mandato, marcado por el hacinamiento y la falta de recursos.
El expresidente puede recibir visitas tres veces por semana, entre ellas las de su esposa Carla Bruni, así como de su equipo de abogados. También cuenta con un espacio privado para hacer ejercicio y de un régimen de vigilancia reforzada que limita su movimiento, pero que le garantiza mayor privacidad y seguridad que la del resto de los 700 internos del mismo centro penitenciario.

El "trato VIP" al expresidente ha reavivado el debate público francés sobre los privilegios concedidos a figuras políticas condenadas por corrupción. En su entorno aseguran que el régimen de aislamiento especial responde a "motivos de seguridad" y a la "notoriedad pública del exmandatario", sin embargo, sus prestaciones e instalaciones con lujos penitenciarios poco tienen que ver con estas preocupaciones. Por ello, diversos sectores políticos consideran que el trato preferencial a Sarkozy evidencia una doble vara de medir en la aplicación de la "justicia".
Sarkozy, que presidió Francia entre 2007 y 2012, insiste en su "inocencia" y ha anunciado que recurrirá ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, denunciando lo que califica de “persecución judicial con motivaciones políticas”.
En redes sociales han cirulado imágenes filmadas presos de La Santé con teléfonos móviles, presumiblemente introducidos de forma irregular, donde llaman al expresidente desde las ventanas de sus celdas, burlándose de él.
Cazador cazado
Durante su mandato, el Estado francés vivió un endurecimiento sin precedentes de la política penal, con leyes que ampliaron las penas mínimas y facilitaron la "encarcelación preventiva". Diversos movimientos sociales y voces de las luchas anticarcelarias señalaron entonces que aquel giro represivo no redujo la delincuencia, pero sí saturó el sistema carcelario: según datos del Ministerio de Justicia francés, más de 2 millones personas pasaron por prisión durante la presidencia de Nicolas Sarkozy, en un periodo en que las cárceles llegaron a aumentar la población preventiva de 15.000 (25% del total) en 2007 a 24.000 (35%) en 2012, un aumento del 40%, por que se situaba 1,5-2 veces por encima de la media europea. La sobrepoblación carcelaria general, por su parte, pasó de 60.000 a 69.000 presos en capacidad para 50.000.