El ejército israelí ha llevado a cabo una serie de bombardeos en la Franja de Gaza, matando al menos 63 palestinos. Los ataques llegan después de que el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu instruyera a las fuerzas de ocupación a realizar “ataques poderosos” sobre la Franja, empleando como excusa un supuesto intercambio de disparos en Rafah. Hamas sigue sin poder de entregar los cadáveres de prisioneros israelíes, atrapados entre escombros, lo que los sionistas utilizan para justificar más violaciones del alto el fuego. El vicepresidente estadounidense JD Vance afirmó que "el cese al fuego sigue vigente", a pesar de los hechos sobre el terreno.

El Ejecutivo israelí habría autorizado equipos egipcios y del Comité Internacional de la Cruz Roja para "ayudar en la búsqueda de los restos" de los prisioneros de guerra israelíes capturados por la resistencia palestina. El bloqueo y la destrucción sistemática han llevado a una crisis humanitaria sin precedentes. Según la Organización Mundial de la Salud y la Media Luna Roja Palestina, más de un millón de habitantes de Gaza requieren atención médica urgente en condiciones precarias, con hospitales colapsados y servicios mínimos, mientras la población sufre un hambre catastrófica declarada por la IPC. La llegada del invierno solo empeorará la desprotección y el sufrimiento.

En el plano internacional, la atención se ha centrado en facilitar el intercambio de cuerpos y prisioneros, al tiempo que organismos como UNICEF piden la apertura de corredores humanitarios para responder a la crisis alimentaria y sanitaria. Mientras tanto, los ataques israelíes se extienden a Líbano y la ocupada Cisjordania, con bombardeos y bloqueos que intensifican el sufrimiento de los pueblos árabes y quebrando las normas internacionales.

Esta realidad, además de vulnerar el alto el fuego, pone en evidencia el genocidio y la realidad colonial atravesada por crímenes de lesa humanidad y destrucción material masiva respaldados internacionalmente, de forma abierta o tácita. La "tregua" establecida bajo auspicio estadounidense parece frágil e impuesta unilateralmente a la resistencia palestina.