La noche del miércoles 29 se celebraron las elecciones legislativas anticipadas en los Países Bajos. Los liberales del D66 y los fascistas del Partido por la Libertad (VPP) obtuvieron el mismo número de escaños.

Los resultados obtenidos dejarían, por una ligera diferencia de votos, al D66 a la cabeza del Parlamento, lo que le otorgaría el derecho a ser el primero en intentar formar un nuevo Gobierno. Rob Jetten, líder del D66, declaró que “Hoy millones de neerlandeses han dicho adiós a la política del miedo y han elegido las fuerzas positivas”.

El Ejecutivo anterior, con mayoría de extrema derecha, se desmoronó once meses después de constituirse, al no poder aprobar la legislación en materia de inmigración que incluía el despliegue del ejército en las fronteras y el rechazo de todas las solicitudes de asilo. Entonces, el VPP, liderado por Geert Wilders, decidió abandonar la coalición de Gobierno.

"Política migratoria ordenada"

Por su parte, el D66 ha defendido durante su campaña una política migratoria “ordenada” pero “humana”, sin concretar del todo qué forma adoptaría esta. En esta ocasión, todo apunta a que la formación tratará de apoyarse en otros partidos de centro e incluso de izquierda, pese al retroceso electoral sufrido por la coalición de socialdemócratas y verdes (GroenLinks-PvdA), que pasa de 25 a 20 escaños. Su líder, Frans Timmermans, dimitió al conocer los resultados.

A pesar de la pérdida de diputados por parte de la ultraderecha del VPP (de 37 a 26) y de los conservadores del VDD (de 24 a 22), antiguo partido del actual secretario general de la OTAN, Mark Rutte, la correlación de fuerzas entre los bloques de derecha e izquierda se mantiene similar. La bajada del VPP se ve compensada por el aumento de otros partidos de extrema derecha, como JA21 y Foro por la Democracia (FvD), que obtendrían 12 escaños entre ambos.