La Asamblea Nacional francesa rechazó el pasado 31 de octubre la propuesta conocida como tasa Zucman, que buscaba gravar con un 2% los patrimonios superiores a los 100 millones de euros, que afectaba a unos 1.800 contribuyentes en el país ante la crisis financiera y fiscal que adolece el país. El voto fue de 228 diputados en contra frente a 172 a favor, y también fue desechada una versión más ligera que proponía un impuesto del 3% sobre patrimonios desde 10 millones de euros, con exenciones para "empresas familiares e innovadoras". Esta ruptura, recuerda Le Monde, amenaza el apoyo tácito del Partido Socialista al Gobierno en minoría del primer ministro macronista Sébastien Lecornu.

El rechazo provocó indignación entre los grupos de izquierda como La Francia Insumisa (LFI), el Partido Comunista y los ecologistas, mientras que sectores de centro y derecha celebran la medida considerando que una tasa así "dañaría la economía y el empleo". El economista Gabriel Zucman, creador de la propuesta, declaró que "todas las batallas de esta naturaleza llevan tiempo para ser ganadas", adelantando que el impuesto será central en las elecciones presidenciales de 2027. Por su parte, el PS advierte que no garantizará su apoyo al presupuesto 2026 sin medidas efectivas de "justicia fiscal".

En la sesión parlamentaria, el primer ministro Sébastien Lecornu estuvo presente y defendió la postura del Ejecutivo, considerando la tasa "inconstitucional" y poniendo en duda su poder fiscal. Amélie de Montchalin, ministra de Acción y Cuentas Públicas, anunció un déficit de 584 millones de euros respecto a los ingresos previstos y reconoció "la dificultad" para estimar el impacto de varios enmiendas votadas recientemente.

La situación evidenció la complejidad para aprobar un presupuesto que contente a todas las corrientes de la cámara baja, profundamente dividida. Paralelamente, la fragilidad del Gobierno de Lecornu amenaza con una moción de censura y posibles elecciones anticipadas. El líder del PS, Olivier Faure, adelantó que "si el Ejecutivo no da pasos adicionales, su permanencia al frente del Gobierno está en juego". La medida fiscal, aunque considerada "insuficiente" por la izquierda, es vista como un paso necesario para contener el malestar social ante las desigualdades que afectan a la sociedad francesa y la perspectiva de "ajuste" que se cierne en el horizonte político inmediato.