Los Estados Unidos de América han iniciado una nueva ronda de maniobras militares en Trinidad y Tobago que se prolongarán hasta el 21 de noviembre, según confirmó el ministro de Asuntos Exteriores del país caribeño, Sean Sobers. Los entrenamientos se realizarán con la Unidad 22 de la Expedición Marina de EE.UU. y se desarrollarán "a través de Trinidad y Tobago, tanto en zonas urbanas como rurales, con ejercicios diseñados para darse en el anochecer y las madrugadas", detallaba Sobers en un comunicado.

La llegada de las tropas estadounidenses coincide con una tensión regional agravada por la amenaza de EE.UU. a Venezuela, con el despliegue del portaaviones USS Gerald R. Ford, el mayor y más moderno de la flota estadounidense. Anteriormente, se dio el atraque del destructor USS Gravely en Puerto España hace una semana, equipado con misiles guiados. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, respondió llamando al pueblo de Trinidad y Tobago a evitar que EE.UU. "meta una guerra en el Caribe".

El despliegue actual representa la mayor presencia naval estadounidense en la región desde la primera Guerra del Golfo Pérsico (1990-1991), según los datos proporcionados por el propio Pentágono. A finales de octubre, detallan las autoridades militares estadounidenses, el país contaba con "ocho buques de guerra, seis de ellos destructores, tres buques anfibios y un submarino en la zona, con un total de trece unidades navales".

Estos ejercicios, al igual que el USS Gerald R. Ford, se unirán al Comando Sur de Estados Unidos en el despliegue aeronaval incrementado por el Pentágono en aguas cercanas a Venezuela.

El ministro Sobers insistió en que Estados Unidos "no le ha dado ninguna indicación de que estos ejercicios puedan emplearse para alguna acción contra la vecina Venezuela", y justificó los entrenamientos como "respuesta a los constantes hechos de violencia y actividad de bandas criminales".