EE.UU. presiona a Alemania para que asuma el liderazgo militar de la OTAN
La administración Trump reduce el papel estadounidense en Europa, forzando el rearme alemán y el posible relevo del mando militar supremo en el continente.
El gobierno estadounidense está instando abiertamente a Alemania a prepararse para asumir el liderazgo militar de la OTAN, en lo que supone un giro estratégico hacia las funciones militares estadounidenses en la alianza. Según declaraciones del embajador estadounidense ante la OTAN, Matthew Whitaker, recogidas por Euronews, Washington espera "el día en que Alemania diga que está preparada para asumir el cargo de Comandante Supremo Aliado", un puesto tradicionalmente ocupado por generales estadounidenses desde la fundación de la organización en 1949.
Esta presión responde a la estrategia de la administración Trump de reducir el compromiso militar estadounidense en Europa, evidenciada por los planes de retirada de tropas en Rumanía y el "documento de paz" filtrado con Rusia que pretende presentar a Washington como presunto "mediador" más que como aliado activo en el conflicto. El profesor Carlo Masala de la Universidad Bundeswehr confirma que esto muestra el deseo estadounidense de "retirarse gradualmente del papel de liderazgo".
Alemania, por su parte, responde acelerando su programa de rearme, con planes de gasto disparados, excepciones al freno constitucional de la deuda para gastos militares superiores al 1% del PIB y el restablecimiento del servicio militar obligatorio a partir de 2026. El ministro de Defensa Boris Pistorius impulsa que la Bundeswehr esté "preparada para la guerra", priorizando el complejo industrial-militar alemán en la nueva carrera armamentística europea.
La transición evidencia la reconfiguración del orden imperialista occidental, donde EE.UU. busca descargar los costes de la contención a Rusia sobre las potencias europeas mientras trata de mantener su hegemonía ante China. El rearme alemán, presentado como "necesidad defensiva", consolida el papel de Berlín como gendarme regional al servicio de los intereses geopolíticos de Washington en Eurasia.