Más de cien mil personas, según estimaciones de la Unione Sindacale di Base (USB), llenaron este sábado las calles de Roma (Italia) en una masiva manifestación contra el gobierno de Giorgia Meloni, denunciando su política de rearme militar, la degradación de los servicios públicos, los bajos salarios y su complicidad con Israel en el genocidio del pueblo palestino. La protesta, que partió de Porta San Paolo hasta colmar Piazza San Giovanni, culminó dos días de movilización que incluyó una huelga general el viernes.

La manifestación reunió a un amplio bloque donde "miles de banderas de organizaciones de trabajadores como USB ondeaban junto a banderas palestinas, de organizaciones estudiantiles, de Potere al Popolo, del movimiento por la vivienda y redes de apoyo a la Flotilla Global Sumud", describe Contropiano. En la cabecera del corteo participaron portuarios, bomberos, y personalidades como la activista Greta Thunberg, la relatora de la ONU Francesca Albanese, y el músico Moni Ovadia. Un momento destacado, según los cronistas, fue la difusión de una canción compuesta para la ocasión por Roger Waters, que generó un "silencio casi irreal" entre la multitud.

El acto responde a una campaña política más amplia que busca construir un "bloque social y político" de cara a las elecciones de 2027, con el objetivo de "entrar en las instituciones" para "representar a los sectores no representados ahora". Según el manifiesto leído, esta alianza acusa a los gobiernos italianos de las últimas décadas, tanto de derecha como de centroizquierda, de aplicar las mismas políticas de "privatizaciones, austeridad, desmantelamiento de los derechos laborales y del estado de bienestar", responsabilizando a los grandes sindicatos CGIL, CISL y UIL de ser "cómplices" a través de la concertación y la moderación.

La movilización evidencia la cristalización en Italia de un creciente movimiento social que conecta las luchas sindicales y sociales con los movimientos contra la guerra y el colonialismo, en un contexto de giro belicista europeo y escalada genocida en Gaza. Los organizadores plantean de forma explícita la necesidad de "una alternativa" que rompa con la OTAN e Israel, y combata una Unión Europea, a la que califican de "cada vez más reaccionaria y belicista". El éxito de la convocatoria, tras las masivas protestas por Palestina de septiembre y octubre, muestra la capacidad de movilización de actores extraparlamentarios mejor organizados que buscan llenar el vacío de una oposición institucional considerada "débil" o "cómplice".