La OTAN estudia pasar a la ofensiva en la "guerra híbrida" contra Rusia
El almirante Dragone, jefe del Comité Militar, plantea acciones "más agresivas y proactivas" en ciberataques y sabotajes, admitiendo que un "golpe preventivo" podría considerarse "defensivo".
El Comité Militar de la OTAN está estudiando adoptar una postura "más agresiva y proactiva" frente a las operaciones de "guerra híbrida" que le achaca a la Federación Rusa, incluyendo posibles "respuestas ofensivas a ciberataques, sabotajes y violaciones del espacio aéreo". Según una entrevista del almirante Giuseppe Cavo Dragone publicada por el Financial Times, la alianza analiza cambiar su enfoque "predominantemente reactivo" porque "ser más agresivo comparado con la agresividad de nuestra contraparte podría ser una opción". Dragone admitió que un "golpe preventivo" podría considerarse una "acción defensiva", aunque señaló que esto se aleja de su "forma habitual de pensar y comportarse".
Recientemente, se ha registrado una escalada de incidentes que Bruselas ha atribuido a Moscú, como el corte de cables submarinos en el Báltico y ciberataques en Europa. Dragone afirmó que la OTAN y sus miembros enfrentan "muchos más límites que nuestra contraparte por la ética, la ley y la jurisdicción", una posición que calificó de "más dura" pero no de "perdedora". Un diplomático báltico, citado por el FT, declaró que "si la alianza atlántica sigue siendo solo reactiva, simplemente invitamos a Rusia a que siga intentándolo, siga dañándonos". La fuente diplomática afirma que esta supuesta "guerra híbrida" que se estaría librando es "asimétrica": "A ellos les cuesta poco, a nosotros mucho".
El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, por su parte, respondió a las amenazas calificando las declaraciones de Dragone como un "paso extremadamente irresponsable" que muestra la "disposición de la OTAN a continuar moviéndose hacia la escalada". Mientras tanto, la OTAN considera que su misión Baltic Sentry, con patrullas navales y aéreas en el Báltico, "ha logrado frenar temporalmente los incidentes de sabotaje submarino", o al menos eso cree Dragone, quien afirmó que "nada ha sucedido desde su inicio, lo que significa que esta disuasión funciona".
Las declaraciones ponen sobre la mesa la transformación doctrinal de la OTAN, que pasa de una presunta "defensa colectiva tradicional" a una estrategia de "contraataque activo" en dominios no convencionales, desdibujando las fronteras entre acciones defensivas y ofensivas, entre "la guerra" y "la paz". Al mismo tiempo, muestra la militarización de espacios anteriormente vistos como "civiles", como el ciberespacio, y las infraestructuras críticas. La ambigüedad conceptual, legal y "ética" que reconoce Dragone evidencia la situación de una alianza militar que busca crear nuevas formas de combate, mientras se prepara para una confrontación prolongada con Rusia.