Medio millón de personas salieron ayer a las calles de Italia durante la huelga general
El Gobierno se mofa de la movilización calificándola de "insignificante", mientras que el sindicato convocante, CGIL, contabilizó un 68% de adhesión y una "parálisis total" en ciertos sectores.
Este viernes 12 de diciembre, Italia vivió una huelga general convocada en solitario por la CGIL, con una participación masiva según el sindicato y medios como La Repubblica: medio millón de personas en más de 50 manifestaciones por todo el país y una adhesión media del 68% en sectores públicos y privados. La jornada protestó contra la ley de presupuestos para 2026 del gobierno de Giorgia Meloni, criticada por priorizar el gasto militar récord mientras mantiene salarios estancados, recorta en sanidad y educación, y no aborda la precariedad laboral ni el alza de precios.
La movilización tuvo su epicentro en Firenze, donde Maurizio Landini, líder del sindicato, encabezó una marcha con 100.000 participantes, declarando que el gobierno "habla de un país que no existe" y vive en un "régimen" de mentiras. Otras ciudades registraron cifras altas: 15.000 en Milano, Bologna y Palermo; 10.000 en Torino, Modena y Napoli. El impacto fue notable en transportes, con cancelaciones ferroviarias y paros en metros de Milano y Napoli, escuelas cerradas en muchas zonas y servicios sanitarios reducidos a urgencias, quimioterapia y cuidados paliativos, aunque el ejecutivo minimizó los números dados por CGIL, con Matteo Salvini ironizando sobre que la fecha escogida fuera un viernes y afirmando que "los datos oficiales en la administración pública muestran una baja adhesión, de alrededor del 8%".
La CGIL actuó sola, tras divisiones con CISL, que opta por el "diálogo" y se manifestará el sábado 13, y con UIL, que priorizó otras fechas. Landini defendió la protesta como "no política", sino "encaminada a luchar por la dignidad laboral", exigiendo subidas salariales, reforma fiscal progresiva, inversiones en servicios públicos y rechazo al rearme.