En un movimiento histórico hacia la integración económica y la soberanía financiera, Burkina Faso, Mali y Níger han formalizado el lanzamiento de un Banco Confederal de Inversión y Desarrollo como parte de la Alianza de Estados del Sahel (AES). La ceremonia de firma se celebró recientemente en Bamako, la capital maliense, consolidando uno de los proyectos más ambiciosos de esta confederación nacida de juntas militares que buscan emanciparse de influencias externas, particularmente de Francia y la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), según menciona El País.

El banco, con un capital inicial estimado en alrededor de 500.000 millones de francos CFA (aproximadamente 820 millones de dólares estadounidenses, según conversiones recientes), tiene como objetivo principal financiar proyectos estratégicos en sectores clave como infraestructura, energía y agricultura. Esta institución representa un pilar fundamental para la independencia económica de los tres países, que juntos representan una vasta porción del territorio saheliano y recursos naturales abundantes, incluyendo oro y uranio.

Los líderes de la AES enfatizan que el banco utilizará ingresos provenientes de la explotación minera para impulsar el desarrollo interno, reduciendo la dependencia del franco CFA, la moneda colonial heredada que aún vincula a varios países africanos al tesoro francés. Cada Estado contribuirá con recursos fiscales, estimados en porcentajes significativos de sus presupuestos, para garantizar la operatividad inmediata de la entidad. Fuentes oficiales indican que el banco ya está en funcionamiento, con planes para movilizar inversiones adicionales en mercados regionales e internacionales.

Este lanzamiento se enmarca en un contexto de profundos cambios geopolíticos en el Sahel. Tras su salida efectiva de la CEDEAO a inicios de 2025, los tres países han avanzado en la creación de instituciones comunes, incluyendo un pasaporte compartido, una fuerza militar conjunta y hasta una bandera confederada. La AES, inicialmente un pacto de defensa mutua contra amenazas externas e internas, ha evolucionado hacia una confederación con ambiciones económicas y políticas.

La iniciativa ha sido vista como un desafío al orden regional tradicional, promoviendo "soluciones africanas para problemas africanos". Los ministros de finanzas de los tres países expresaron optimismo, señalando que el banco no solo financiará proyectos internos, sino que "fortalecerá la resiliencia económica ante presiones externas". Bamako se perfila como sede administrativa provisional para varias instituciones de la AES, reforzando su rol central en esta nueva alianza.