Sindicatos vascos han convocado una manifestación con unos 700 trabajadores de la planta de Mercedes en Gasteiz (Araba) para exigir que la multinacional cumpla los acuerdos laborales pactados. La movilización, organizada por ELA, LAB y ESK, ha culminado una semana intensa de paros de una hora por turno en la factoría, paralizando parte de la producción de vehículos pesados y evidenciando el malestar acumulado en un centro clave de la industria automovilística vasca.

Los paros, iniciados el lunes, responden a lo que los sindicatos califican de "incumplimientos sistemáticos" por parte de Mercedes-Benz. Entre las demandas figuran el respeto a los convenios colectivos, la estabilización de empleo temporal y la oposición a planes de externalización que precarizan las condiciones laborales. ELA denuncia que la empresa "prioriza recortes y subcontratas sobre los compromisos firmados", en un contexto de reconversión industrial que amenaza con miles de empleos en el sector. LAB y ESK añaden que la dirección ignora la negociación colectiva, optando por imponer medidas unilaterales que erosionan derechos conquistados tras décadas de lucha obrera.

La manifestación, que ha recorrido las principales calles de Gasteiz, ha reunido a delegados, trabajadores y simpatizantes bajo lemas como «Mercedes, cumple o cierra» y «No al ERE encubierto». Fuentes sindicales destacan la unidad de acción entre ELA, mayoritaria en la planta, LAB y ESK, un frente poco habitual que amplifica la presión sobre la multinacional. La jornada ha transcurrido sin incidentes, pero con una presencia policial notable, lo que ha generado críticas por parte de los convocantes, que ven en ello un intento de intimidación.

Este conflicto no surge de la nada: Mercedes Vitoria, con más de 5.000 empleos directos, ha sido escenario de tensiones recurrentes en los últimos años. La "transición eléctrica" y la "competencia global" han servido de excusa a la dirección para dilatar acuerdos, mientras los beneficios corporativos, superiores a los 15.000 millones de euros anuales, no revierten en mejoras salariales ni en seguridad laboral. La respuesta de Mercedes ha sido un comunicado reconociendo "diferencias en la negociación".