El Ministerio de Defensa alemán ha condenado este lunes comportamientos "inaceptables" en el regimiento de paracaidistas 26, con base en Zweibrücken (suroeste del país, cerca de la frontera francesa), donde decenas de soldados están siendo investigados por practicar "rituales de extrema derecha, antisemitismo, incidentes violentos, machismo y consumo de drogas", según información de Le Figaro International. Al menos una veintena de militares han sido expulsados, el comandante del regimiento ha sido relevado y se han iniciado procedimientos disciplinarios que ya han derivado en suspensiones y revocaciones.

Las pesquisas comenzaron en junio tras la denuncia de dos soldados, según reveló el Frankfurter Allgemeine Zeitung. Desde entonces, la investigación ha escalado rápidamente, implicando a varios paracaidistas, tanto soldados rasos como suboficiales, en conductas que el portavoz ministerial Kenneth Harms calificó de "grave atentado a los derechos íntimos de ciertas personas" con potencial para "dañar la reputación de la Bundeswehr en su conjunto".

La Fiscalía de Zweibrücken ha recibido 19 querellas procedentes del propio Ejército y su instancia disciplinaria. Las acusaciones incluyen violaciones a la ley sobre estupefacientes y cannabis, incitación al odio y uso de símbolos de organizaciones "anticonstitucionales", término legal que alude directamente a iconografía nazi. Los hechos incluyen "rituales violentos" dentro de la unidad élite, así como "exhibición de símbolos prohibidos y actitudes antisemitas y sexistas". 

Precedentes y "casos aislados"

Este escándalo evoca el precedente de 2020, cuando un comando especial de fuerzas élite (KSK) fue parcialmente disuelto tras descubrirse que una veintena de sus miembros mantenían vínculos con la organizaciones fascistas, acumulando armas y explosivos ilegalmente. El regimiento 26 de paracaidistas forma parte de las tropas de reacción rápida y élite de la Bundeswehr, destacadas en misiones internacionales y preparación de la OTAN. 

Organizaciones de derechos humanos y partidos de oposición han exigido transparencia total y medidas estructurales para "erradicar focos extremistas", recordando que "casos aislados pueden comprometer la credibilidad de las Fuerzas Armadas". El Ministerio insiste en que los hechos son "excepcionales" y que "la inmensa mayoría de los 180.000 efectivos actúa con profesionalidad".