Sindicalistas bolivianos inician una huelga de hambre contra la eliminación de subsidios a combustibles
COB mantiene la convocatoria de huelga indefinida, mientras el nuevo Ejecutivo cierra acuerdos sectoriales que han debilitado la huelga.
Dieciséis trabajadores sindicalizados, junto a dos personas más, iniciaron este lunes una huelga de hambre voluntaria en la sede de la Federación de Mineros de Bolivia, en La Paz, en rechazo a la eliminación de los subsidios a los combustibles que han duplicado los precios de la gasolina y el diésel. La huelga de hambre se suma a la huelga indefinida mantenida por la Central Obrera Boliviana (COB) desde la semana pasada.
El decreto 5503, vigente desde hace poco más de una semana, acabó con 20 años de tarifas congeladas bajo gobiernos de Evo Morales y Luis Arce, que importaban carburantes a precios internacionales para venderlos con pérdidas internas, pero manteniendo un "precio asequible". El litro de gasolina ha pasado de 0,53 a 1 dólar, y el diésel de 0,53 a 1,4 dólares.
Mario Argollo, máximo dirigente de la COB, encabezó nuevas marchas en La Paz y expresó dolor por la decisión: "Me duele que mis compañeras tomen esta medida extrema para conmover el corazón de los gobernantes". Mineros estatales, maestros y cooperativistas mantienen protestas en la capital, así como en otras regiones del país, especialmente en el departamento de Cochabamba.
Divide et impera
El Ejecutivo ha logrado desactivar algunos paros mayores mediante acuerdos sectoriales: control de precios en canasta básica, garantía de suministro a cooperativas y ajustes transitorios en tarifas de transporte. Estas concesiones han aislado a la COB, aliada histórica de gobiernos anteriores de Evo Morales y Luis Arce, ya que sectores como los transportistas o los comerciantes han abandonado definitivamente la huelga.
La reunión con el presidente Rodrigo Paz, celebrada ayer, no trajo avances, ya que la Central condiciona cualquier diálogo a la derogación del decreto, posición rechazada por el Ejecutivo. Por su parte, COB ratificó en su plenario navideño que no levantará la huelga mientras el decreto permanezca vigente, anunciando una radicalización de la huelga para enero de 2026 con posibles bloqueos de carreteras.