Los ultraderechistas logran un triunfo nacional, incluido un vuelco histórico en Buenos Aires, después de que Trump condicionara el rescate financiero a su victoria.
Issa Tchiroma declara triunfo en las elecciones del 12 de octubre y exige respetar la voluntad popular al presidente Paul Biya, títere francés de 92 años que se aferra al poder desde 1982.
El PSD gana las elecciones consiguiendo 136 alcaldías, incluidas Lisboa y Oporto, mientras el PS cae hasta las 127 y la extrema derecha de Chega se queda con 3.
El Partido Acción y Solidaridad (PAS) vence con cerca del 49%, pero sin mayoría absoluta clave para integrarse en la UE; la oposición alega fraude electoral y convoca protestas.
250 redadas contra personas acusadas de "organizar un complot ruso"; la oposición denuncia una estrategia del gobierno para amedrentar y silenciar disidencia.
La extrema derecha alcanza el 14,5% de los votos en las elecciones municipales del estado más poblado de Alemania, consolidando su presencia en el oeste.
